«Esta tecnología es como un Holter no invasivo – añade Lombardi – no invasivo, te olvidas de que lo llevas puesto. Controlando estos parámetros es posible prevenir incluso patologías que nunca se han manifestado. Esta tecnología es capaz de hacer que los equipos de protección personal que actualmente son pasivos, como guantes y cascos, sean inteligentes y activos».
Hoy en día, los empleados son examinados periódicamente por un médico competente: «Esta tecnología nos ofrece la extraordinaria posibilidad de saber cómo ha estado la salud del trabajador incluso en el período entre controles – subraya Francesco Saverio Violante, profesor de Medicina del Trabajo en la Universidad de Bolonia – . Y esto cambia el paradigma de la protección de la salud, abriendo escenarios interesantes», continuó».
Experimentación voluntaria en Acea, Profer y Gcf
Esta nueva tecnología se está probando entre 400 trabajadores que se incorporaron de forma voluntaria, empleados de Profer (la audiencia se refiere a inspectores que realizan vigilancia en las obras y empleados), Acea (participan empleados de los sectores de energía y redes de agua), General Construcción de ferrocarriles (trabajadores destinados al mantenimiento de vías).
El director general de Acea, Fabrizio Palermo, explica los motivos por los que se sumó al proyecto: «En nuestro sector, como en otros, se están produciendo cambios profundos dictados por la llegada de tecnologías vinculadas a la inteligencia artificial y al mundo de la robótica. Cuando vimos este tipo de dispositivo fue una elección inmediata para nosotros, porque es una innovación muy significativa para la seguridad del trabajador y de quienes lo rodean.»
Posibles problemas críticos para los trabajadores
Además de la delicada cuestión de la privacidad, que atañe a la recopilación y el uso de grandes cantidades de datos, hay otro aspecto a considerar. Para los trabajadores considerados inadecuados puede haber consecuencias, en términos de degradación o transferencia a otro puesto. Por este motivo, la ex secretaria de la CGIL, Susanna Camusso, senadora del Partido Demócrata, propone que «el legislador intervenga para garantizar que las inversiones en tecnología y seguridad no perjudiquen a los trabajadores».