Llamada telefónica Draghi-Putin. La estrategia italiana para una «perspectiva de paz», pasando por el desbloqueo del trigo

Mario Draghi toma la iniciativa, llama a Vladimir Putin. El objetivo declarado es el bloqueo de los barcos detenidos en los puertos ucranianos cargados de cereales, causantes de la crisis alimentaria especialmente en África. «No veo ningún atisbo de paz», dijo el primer ministro, quien, sin embargo, entre líneas dice que la conversación tiene cualquier cosa menos un contenido predecible. A partir del local. De hecho, estamos en vísperas del consejo europeo extraordinario, que tendrá como objeto la guerra, las sanciones, la energía y la defensa. Una cumbre que en realidad presenta un escenario no muy diferente al de marzo -Rusia conquistando terreno pero sin abrirse paso, armas occidentales en tránsito hacia Ucrania, gas que continúa fluyendo por los oleoductos- y sin negociación, aunque solo sea una fachada como sucedió en abril.

La iniciativa italiana a favor de la paz

La llamada telefónica de Draghi es, por lo tanto, realmente una pieza nueva, incluso con respecto a las iniciativas del presidente francés Macron. ¿Qué dijo Putin? Que sobre la hipótesis de abrir un paso para los barcos podría haber destellos: una apertura vaga (y poco creíble, incluso para Draghi), que llega en vísperas de la decisión sobre nuevas sanciones de la UE, que también luchan por encontrar el consentimiento unánime para la oposición de la Hungría prorrusa. Pero el mensaje se filtra por Italia que, en vísperas de la cumbre, quiere insertar un claro compromiso de «perspectiva de paz» hacia Rusia en los borradores del documento final de la cumbre. Una iniciativa que a estas alturas no resulta difícil conectar con el viaje de Draghi a EE. Austin, y el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, el primero desde el 18 de febrero.

Entre las necesidades de la economía y las exigencias de Kiev

En la llamada telefónica, Draghi informó que Putin continuará con los suministros, situación común a todos los países excepto a los atacados directamente por Rusia. Que, por tanto, continuará, dado que se ha iniciado la diversificación (ver contrato con Argelia, consolidado con la visita del presidente a Roma) pero está lejos de poder sustituir al gas ruso, necesario para mantener la economía en marcha, de lo contrario rápidamente volver a caer en recesión. Naturalmente llegan mensajes muy diferentes de Ucrania: el ministro de Asuntos Exteriores de Kiev de Davos ha arremetido contra Occidente, que sigue comprando gas a Moscú y debería parar, y que por el contrario debería enviar más armas. En definitiva, una situación político-diplomática muy compleja y en evolución, y en la que Draghi intenta jugar una partida dentro de Europa (por tanto la próxima semana) hacia la fuerte pacificación de la consideración en EEUU.



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