Liverpool-Real Madrid, la mejor final que hay. Y Ancelotti busca el récord

Esta noche último acto en París con el desafío entre Salah y Benzema, los golpes de Modric y Thiago. El técnico italiano a la caza de la cuarta copa como entrenador

Liverpool y Real Madrid desfilan esta noche en París. Decir «ellos juegan» no transmite la idea. Hay tanto de esa belleza potencial en el aire, entre el campo y la ciudad, que corres el riesgo de marearte por el síndrome de Stendhal. Dos equipos repletos de campeones; dos clubes gloriosos (19 Copas de Campeones en dos, 13 Reales); dos entrenadores icónicos (11 trofeos internacionales en dos, 8 Ancelotti); una asimetría ideológica que favorece el espectáculo; esa pizca de pimienta que le da aún más sabor a una final (el Liverpool quiere vengar la derrota de 2018). Hay de todo para esperar lo mejor, en la línea de esta 2021-22 que ha reabierto los estadios. La cascada crepitante final de un espectáculo de fuegos artificiales: 80.000 almas en el Stade de France. Completo. Lo mejor de todo.

Flechas y faros

Decir que el Liverpool deja caer a los dos laterales más fuertes del mundo: Alexander-Arnold es el mejor centrocampista de esta Champions (23); su compañero zurdo, Andrew Robertson, es sexto con 15. Dos catapultas. Pero, ¿quién armó a Rodrygo que recuperó al City en el 91, en la apasionante remontada en el Bernabéu? Carvajal. Si luego avanzamos por la banda, descubrimos que Vinicius es, con diferencia, el mejor regateador del torneo (78). Salah es tercero con 46. En definitiva, en el parque de atracciones de Saint Denis, el atractivo de las bandas laterales se robará las miradas. En el centro, como es habitual, Luka Modric, el ilusionista, se las robará. Si la Real está aquí es también gracias al visionario exterior de Stamford Bridge que, en el 0-3, metió a Rodrygo en la portería y devolvió al Chelsea en las gargantas de una sensacional remontada. Ancelotti tiene que decidir si plantarle en una mediana al 3 (4-3-3) con Rodrygo de titular o mantener al niño pequeño de Providencia en el banquillo y preferir al más sólido Valverde (4-4-2). Mucha razón tiene Carlo: «Cuenta quién acaba, no quién empieza». Rodrygo, que derrotó al Inter en San Siro en el minuto 90 saliendo desde el banquillo, lo demostró definitivamente con el City. Recuperados por completo Fabinho y Thiago Alcántara (pero Keita espera), la duda de Klopp es sobre la tercera hoja a afilar junto a Salah y Mané: Luis Díaz tiene ventaja sobre Firmino y Diogo Jota.

Pero a la sombra del derbi de terciopelo entre Modric y Thiago, no contará menos el rudo entre Casemiro y Fabinho, los gruesos de alma, los equilibradores. En el ranking de placajes, Casemiro es 4º (27), Fabinho 8º (21). Posiciones invertidas en robos: Fabinho 3° (68), Casemiro 5° (65). Dos himnos a la sustancia ya las cosas útiles. Luego la portada de la final, como es habitual, va para los de la portería: Mohamed Salah y Karim Benzema. Por razones de números, pero no solo. Salah: 23 goles en 35 apariciones en la Premier League; 8 de 12 en la Champions League. Benzema: 27 de 32 en Liga, 15 de 11 en Champions. Máximo goleador del torneo, Karim ha marcado 10 goles en sus últimos 5 partidos, desde los octavos de final. Un diablo. Números, pero también orgullo. De la final perdida en Kyiv en 2018, Salah solo disputó los primeros 31′, arrastrado al suelo con el brazo bloqueado por Sergio Ramos. Una mala falta, parecía más buscada que fortuita. El faraón salió llorando, esta vez le gustaría llorar de alegría. El orgullo de Benzema es París: levantar al cielo la Champions League en el Stade de France, donde Zidane conquistó el mundo en 1998; en Saint Denis, donde están enterrados los reyes de Francia. Prohibido durante 6 largos años por su selección, Karim quiere una Champions parisina en el año de la Copa del Mundo, también para afianzar su potente candidatura al Balón de Oro, entregado en París. Sin embargo, ten cuidado. Klopp pulió ayer las legítimas ambiciones del senegalés Sadio Mané, que ya había triunfado en la Copa de África: «Ganar la Champions pesa mucho». Había que elegir un duelo único: Van Dijk-Benzema.

Ancelotti, el único entrenador en ganar los 5 mejores campeonatos, el único en jugar las 5 finales de Champions, quiere convertirse en el primero en levantar 4. Klopp, como Salah, está tramando la revancha de 2018. Esta vez ha traído un portero, uno de los mejores del mundo, Alisson. En Kiev, el Karius alemán hizo más que el Pato Donald. Klopp y Ancelotti se respetan con cariño. Si el alemán, erudito de Sacchi, nació con Gegenpressing, Carlo aprendió a presionar en la jaula que Arrigo quería en Milanello. No es casualidad que Liverpool (521) y Real Madrid (467) sean los dos mejores equipos de esta Champions en robos de balón. Exigen la canica, la persiguen con ira para dominar. Y Arrigo góngola. Principios comunes y diferentes interpretaciones: estrategia (Liverpool) versus técnica (Real). Simplificación bárbara porque para tocar a la velocidad de Klopp no ​​se puede dejar de tener una excelente técnica y, sin partitura, los violines de Ancelotti no podrían tocar. Pero es cierto que el juego de los ingleses es más colectivo y ameno, mientras que el de los españoles está más ligado al juego individual. Así lo confirman los 10′ menos de posesión de la Real (60,1%-50,4%). Carlo es la calma de la Real que marca incluso pasados ​​los 90′; Jurgen es la furia del Liverpool atacando desde el 1′. Disfrutémoslos e inspirémonos.



ttn-es-14