La CELC (European Flax and Hemp Federation) se posiciona como pionera en el etiquetado ambiental. Presentó en exclusiva los primeros resultados de su Estudio del ciclo de vida (LCA) del lino en Première Vision.
La Confederación Agraria, único garante europeo de todos los datos técnicos, científicos y económicos sobre el lino, reúne todas las etapas de producción y transformación del lino y el cáñamo, el 80 % de los cuales se producen entre Francia, Bélgica y los Países Bajos. Por tanto, es hoy la primera industria en adoptar el método uniforme introducido por la Comisión Europea: el PEF (Product Environmental Footprint, o Huella Ambiental de Producto).
Mide el impacto ambiental de los productos y se basa en el análisis de su ciclo de vida. Su objetivo es crear un marco preciso y confiable para una evaluación ambiental reproducible y comparable de los productos. Para llegar a un puntaje consistente, el PEF utiliza 16 categorías que van desde el cambio climático hasta el agotamiento de los recursos, desde el uso del agua hasta la contaminación del suelo, desde la ecotoxicidad del agua dulce hasta el agotamiento del ozono.
Si bien los alimentos y los textiles han sido identificados como las dos industrias prioritarias para experimentar con la introducción de una métrica que mida la huella ambiental de los productos, el lino se está posicionando como uno de los principales. El método ahora permitirá a los tejedores y marcas que usan la fibra tener datos confiables para calcular el impacto de los productos hechos de lino y cáñamo.
Los primeros resultados se relacionan con los primeros pasos del procesamiento, como la clasificación de la fibra, donde los componentes textiles se extraen antes del hilado. Son muy satisfactorios. La calidad de los datos finales se valoró con una nota de 1,6. Esta “calificación” corresponde a una calificación de “muy buena calidad” en una escala de 1 (la mejor calificación) a 5. “Estos resultados subrayan el valor agregado de las certificaciones Epen Flax y Masters of Linen y confirman el lugar de Flax en el podio de fibras sostenibles”, enfatizó Marie-Emmanuelle Belzung, Delegada General de la CELC.
Los resultados proporcionan un punto de partida para la industria. Se llevarán a cabo más análisis de las etapas de procesamiento para calcular la evaluación del ciclo de vida promedio de los productos de lino europeos, desde el hilo hasta las prendas de punto y el tejido. La nueva etiqueta ecológica transformará en última instancia los procesos de fabricación, promoviendo el diseño sostenible entre las marcas. De hecho, los clientes, cada vez más sensibles a la responsabilidad ambiental, se acostumbrarán gradualmente a comparar las puntuaciones que muestran los productos. Así que la carrera por el puntaje ambiental está en marcha.
Este artículo se publicó anteriormente en FashionUnited.fr. Traducción y edición: Barbara Russ.