Rusia y sus clientes europeos están conectados a través de una extensa red de gasoductos. Nord Stream es ahora la ruta principal, pero está lejos de ser la única. Gazprom puede suministrar gas a Alemania a través de Bielorrusia y Polonia (ese gasoducto ahora está cerrado debido a las sanciones rusas contra el operador polaco), así como grandes volúmenes a través del territorio ucraniano. Además, un gasoducto atraviesa el fondo del Mar Negro hasta Turquía, desde donde se puede transportar gas a los clientes del sureste de Europa.