Cuando tenía seis años, Catharina de Brujas tuvo una niñera china y su interés por el idioma y la cultura creció. “Es un idioma muy hermoso, como la cultura y el país mismo. Especialmente creo que la Ciudad Prohibida es muy hermosa y también lo es el Muro Largo”, dice Catharina.
Cuatro años más tarde, consiguió participar en el concurso de puente chino para niños. Se trata de una competición internacional en Tianjin, donde 68 niños pueden demostrar sus conocimientos de la lengua y la cultura china. Catharina pasó por varias pruebas y tocó una canción china en su acordeón.