Linda de Mol se niega a hacer dieta: «Hedor terrible en la boca»


Linda de Mol (59) ha probado bastantes dietas en su vida, pero con la dieta Atkins no tiene por qué llamar a la puerta de su castillo en Crailo. «¡Qué hedor sale de tu boca!»

© SBS 6, Atkins

Ella tiene su parte justa simpatía gracias a: su eterna batalla con los kilos. Linda de Mol siempre ha sido abierta al respecto en sus diversas plataformas y muchas fans femeninas se reconocen en ello. Como gran estrella de televisión, Linda tiene el tiempo y el dinero para intentarlo todo y lo ha hecho.

Mal aliento

Linda ha probado muchas dietas, dice en el LINDA. “Jennifer Aniston juró en ceros por The Zone y la Dieta South Beach; Me decidí por Montignac después del nacimiento de mis hijos. Funcionó, los kilos desaparecieron”.

Pero ¿qué dieta definitivamente no seguirá Linda? “¿Recuerdas a Atkins? Las personas que seguían esa dieta devoraban salchichas de hígado enteras y montones de huevos fritos. Nunca lo probé porque te daba un aliento increíblemente malo tan pronto como tu cuerpo entraba en modo de quema de grasa”.

Desmayarse

Entonces Linda está feliz de ignorar la dieta Atkins. «No me pareció útil que la gente a mi alrededor se desmayara cuando exhalaba.»

No, en realidad no es tan útil. A menos, por supuesto, que alguna vez termines sentado en la mesa de un programa de entrevistas con «un puñado de creadores de opinión que buscan sensaciones como Beau, Rob Goossens, Youp y esa patética e intensamente falsa Angela de Jong». En ausencia de luces de estudio que caen, una nube de veneno Atkins puede resultar útil.

Trajes de pantalón

¿Qué prefiere usar Linda ahora que todas esas dietas no están funcionando? “Los trajes pantalón hacen maravillas con mi figura. Los tengo en negro, azul oscuro, rosa empolvado, azul hielo y blanquecino. De Zara, Baum und Pferdgarten, Zoe Kassen, Arket y uno muy caro de Alexander McQueen, que usaré para siempre”.

Y concluye: “¿Pero en casa? Esa es una historia completamente diferente. Había momentos en los que me dejaba puesta la ropa de trabajo hasta acostarme. Hoy en día quiero quitarme todo lo que me aprieta y tumbarme en el sofá con pantalones de chándal suaves, sudadera y calcetines gruesos”.



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