Leao se libera, De Ketelaere inventa: el Milán liquida al Bolonia y vuelve a lo más alto

Prueba autorizada del Diablo, los emilianos vencieron con un gol en el tiempo. Giroud también anotó. Excelente debut titular del CDK. Los rossoneri vuelven a ser primeros y con un punto de ventaja sobre el Inter

Es muy pronto para empezar a hacer este tipo de cálculos, pero para el mundo rossoneri es imposible fingir que no ha pasado nada: el Milan vuelve a la victoria al vencer 2-0 al Bologna, no solo recuperando la cima de la tabla (a la espera del Napoli, claro), pero un peldaño por encima del Inter. Con el derbi, y otra ronda de liga a mitad de semana, llamando a la puerta, incluso un punto más tiene su valor y su trasfondo psicológico potencial. Demasiado Milán, sin embargo, para Bolonia. Leao se libera, Giroud actúa (en acrobacias), De Ketelaere diseña e inventa, santificando su debut como titular: todo junto se vuelve casi imposible de frenar. Era un Diablo autoritario, con la soltura de juego habitual, y Pioli está doblemente satisfecho porque de dos a cero, de cara a la primera semana con un triple compromiso, pudo afrontar todas las rotaciones que tenía en mente, y encima todo con un minuto adecuado.

Las opciones

El técnico rossoneri confirmó las sensaciones de los últimos días cambiando dos cuartos del ataque: por dentro por primera vez desde que empezó Giroud, pero sobre todo por dentro por primera vez desde que De Ketelaere empezó en el centro del trocar. Completado el aprendizaje, el príncipe Carlos tardó menos de un mes en obtener sus títulos de tenencia. Allá arriba, sin embargo, con tres partidos a la semana hasta mediados de septiembre, Pioli usará la licuadora. El resto del Diablo no presentó novedades: Messias confirmó por la derecha, mediano con Bennacer y Tonali. Mihajlovic, sin el sancionado Orsolini, junto a Arnautovic prefirió a Barrow a Sansone. En defensa debutó para Lucumi, con Soumaoro regresado de la descalificación. En el medio Vignato a la derecha de Schouten. Hay que reconocer a Sinisa -no es que nos sorprenda- haber organizado un Bolonia decidido a proponer un juego y no renunciar a él a priori. Sin barricadas frente a Skorupski, de hecho, un coraje evidente al aceptar incluso el uno contra uno arriesgado. El problema, sin embargo, era pasar de la teoría a la práctica, porque cuando los emilianos intentaban relajarse, o fracasaban por la presión contraria, o acababan perdiendo inexorablemente en el trocar. Las repetidas invitaciones de Mihajlovic a Barrow y Arnautovic para jugar más juntos son inútiles. Resultado: Maignan pasó los primeros 45 en total relajación, para envidia de Skorupski. Por ese lado había bastante que hacer porque el Milan, a pesar de no haber acentuado especialmente el ritmo, era una presencia constante.

Pies educados

Una maniobra de cerco menos furiosa que otras veces, pero igual de efectiva ya que los rossoneri se enfrentaron en tres ocasiones al portero emiliano. Dos con Leao y uno con Kalulu (cómo no, las mil vías de Pioli para llegar a la portería). En este punto es necesario dedicar unas líneas a De Ketelaere. Los pies educados no estaban en duda, la curiosidad todo era la capacidad de encajar en un grupo y en un nuevo contexto, frente a los setenta mil de San Siro. Pues bien, CDK causó una gran impresión frente a la comisión: personalidad, asistencia suntuosa a sus compañeros y también cierta aspereza en los contrastes que no viene mal. De hecho, el gol nació así: Charles le robó el balón antes del medio campo a su ángel de la guarda Schouten, sacó unos treinta metros con bola y cadena y sirvió a Leao en la carrera: Rafa engañó a Skorupski, torpe al esperar un derechazo al poste. más lejos, y se embolsó. Luego, De Ketelaere volvió a encantar a San Siro al poner a Kalulu frente al portero rossoblù, que esta vez bloqueó al Diablo. El limpio gol del AC Milan se completó con el tronzado de Leao al final de la primera parte, que acabó con un toque torpe rechazado en el cara a cara por Skorupski.

Rugido… por Sansón

Incluso en la segunda parte, el Milan no subió especialmente las vueltas y a los diez minutos en el Meazza se le pusieron los pelos de punta en un centro de Cambiaso al que Arnautovic no llegó por cuestión de milímetros. De Ketelaere había avisado a Schouten después de habérsele escapado por enésima vez y en el cuarto de hora volvió a pasar el Milan. Esta vez con el agradecimiento de corazón a Cambiaso, que comete un grave error en la fase de armado y cede el balón a Leao en la frontal del área: lanzamiento suave de Giroud y magnífico gol acrobático del francés. ¿Juego cerrado? En resumen, no realmente. En el momento del partido Pioli puso a Pobega, Saelemaekers y Adli, Mihajlovic respondió con Aebischer, Soriano y Sansone, y el Bologna empezó a ponerse peligroso. Sobre todo con Sansone -el rugido de San Siro en la lectura de las formaciones, para el recuerdo (y agradecimiento) evidente del campeonato-, que también se hizo con una pole exterior. Luego, el paso de los minutos apagó las ambiciones de Emilia y el final fue todo en tintes rossoneri. Adli también estuvo cerca de marcar, pero de momento podemos estar satisfechos así.



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