Leao ahora se dedica a las asistencias: en el campo y… en el contrato

Tras el sí al Milán para la renovación (a la espera de que se deshiciera por completo la cuestión del Sporting), Rafa le sirvió el balón a Saelemaekers ante la Roma. Su madurez táctica también se puede ver desde aquí

Esta vez no es hora de anotar. Es tiempo de asistencia. Como el del ocaso del Roma-Milán -beneficiario Alexis Saelemaekers- que permitió al Diablo retomar un partido que ahora parecía burlonamente perdido. Y como el que sirvió en los últimos días al club AC Milan, lo que podría permitirle al Milan mantenerlo con ellos durante los próximos cinco años.

Lucidez

De una forma u otra, es realmente muy complicado que al final de un partido no hablemos de Leao. Esta vez en el papel de servidor de la fortuna de los demás, que también es la suya. Entre los (varios) defectos que se le atribuían a Rafa cuando aún no era el Rafa que es ahora, estaba el de la impulsividad. De buscar a toda costa una solución personal (vicio del que ha mejorado notablemente pero aún no se ha recuperado del todo). Pues basta con ir a repasar el sorteo rossoneri para apreciar las distintas formas en que está madurando Leao: el Milan está uno abajo y el cronómetro marca un minuto 97 muy frenético. Ya estamos en la prórroga. Básicamente el último asalto, una situación no precisamente amiga de la lucidez. Y en cambio. Y en cambio Rafa recoge un cabezazo amarillo y rojo por izquierda y en lugar de retar a duelo el bloqueo del rival -quién sabe, tal vez pase algo-, observa con atención los movimientos de sus compañeros en el área y decide premiar la mejor situación. Esa es la inserción de Saelemaekers, que está sin marcar. Su centro con la derecha aterriza suavemente en el plato del 56 belga y el Milán respira aliviado.

tu estimulas

Así creció Leao en los años pasados ​​en Milanello. Porque las marcas de derrape como las del Napoli son su marca registrada y todos las conocemos, incluso sus oponentes, que sin embargo son incapaces de detenerlas, pero a veces es, sobre todo, el trabajo más oscuro el más importante. Tras el partido, Pioli lo felicitó por el «excelente partido» pero también lo regañó por un par de malas decisiones que penalizaron a Hernández. Este es el trabajo que el técnico rossoneri hace con él. Estimularlo siempre, no dejarlo descansar en su técnica, concepto también expresado muy claramente en los últimos días por Maldini también. En el Olímpico vimos a Leao enfadarse varias veces con sus compañeros -pero uno de esos enfados que son buena señal y no hacen daño- justo antes del gol se quedó desconsolado en el suelo con los brazos cruzados durante unos segundos. En definitiva, el deseo de dejar su huella aunque no fuera una pareja ideal para él. Roma comprimida, muy corta, que no permitía profundidad y por eso intentaba buscar espacios desviándose dentro del campo. A veces rebotaba en el puente levadizo de Giallorossi, a veces se escapaba. Luego, a la hora de partido, hizo un ensayo general: un centro para Saelemaekers, que desde una posición muy golosa acabó volando por encima del larguero. Bombardero Leao, asistente Leao: ahora estamos en 13 goles y 11 asistencias para la temporada. Números suntuosos, como los que le acompañarían en el futuro próximo de los rossoneri a la hora de firmar el nuevo contrato.



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