De 2009 a 2013 esas cuatro temporadas catapultaron al club a la élite. Y ahora De Laurentiis podría volver a empezar desde el entrenador con el que empezó todo
Las primeras veces nunca se olvidan y el Napoli de Aurelio De Laurentiis las vincula todas a Walter Mazzarri. El primer trofeo, la primera pelea por el campeonato, las primeras noches mágicas en la Liga de Campeones, el primer delantero. Loco, estimulante, increíble. Así definió el técnico aquella experiencia. Casi cuatro años, 1.322 días, 182 partidos. Un camino de crecimiento que ha dado una nueva dimensión al club pero también al propio entrenador, que se ha convertido en el segundo más longevo de esta era, sólo por detrás de Reja. Una alquimia única que transformó al equipo, convirtiéndolo en una presencia permanente en las competiciones europeas después de un octavo y un duodécimo puesto en el campeonato, y encendió el San Paolo de la época. Aquel Napoli no tenía ambiciones particulares, pero le encantaba ilusionar y emocionarse y la gente se identificaba con él como pocas veces ha ocurrido en gestiones posteriores. Porque juntos se descubrieron y se gustaron enseguida, con la tensión febril de las primeras veces.
OCTUBRE 2009…
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Mazzarri, tras una experiencia como asistente de Ulivieri diez años antes, fue fichado por el Napoli para sustituir a Roberto Donadoni en octubre de 2009. El presidente no quedó satisfecho con los siete puntos en siete partidos y decidió cambiar al inicio del campeonato. Como no ocurría desde hacía dieciocho años, los azzurri lograron cerrar la primera vuelta en tercer lugar, también gracias a la racha de quince resultados útiles consecutivos. Una actuación que vale la plusmarca de puntos del club y la clasificación para la Europa League a falta de dos jornadas. La temporada siguiente fue otro año positivo, con un tercer puesto y la clasificación para la Liga de Campeones. Sin embargo, existen contrastes muy fuertes entre Mazzarri y De Laurentiis. Al presidente no le gustaron las declaraciones del técnico sobre la falta de inversiones, por lo que las utilizó como excusa para liberarse. De Laurentiis está dispuesto a seguir adelante, incluso se encuentra con Gasperini, luego vuelve sobre sus pasos y relanza el proyecto. Un comunicado oficial deja clara esta intención: habla de “una aclaración que les ha fortalecido en sus relaciones interpersonales”, de una “colaboración eficaz”, de “sentar las bases para continuar el programa de construcción”.
EL ADIÓS EN 2013
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Por las bandas de Lavezzi y Cavani, el Napoli sueña. En la Liga de Campeones se burlaron del Villarreal y del Manchester City, clasificándose detrás del Bayern de Múnich y luego perdiendo en octavos de final contra el Chelsea que levantaría el trofeo. En el campeonato la tendencia es más incierta, pero nadie le reprochará. De hecho, el 20 de mayo de 2012 llevó al equipo a la victoria en la Copa de Italia: fue el primer trofeo de Mazzarri y también el primero de De Laurentiis. Su última temporada es igualmente memorable: segundo puesto y nuevo récord de puntos. Pero cuando el club le hace entender que venderá al Matador y llega la oferta del Inter, Mazzarri entiende que es hora de decir adiós. “Es un lugar maravilloso, me voy porque después de cuatro años necesitamos nuevos estímulos también para los futbolistas. Me emocionó abrazar a todos. Nápoles tiene un tesoro importante y un club sólido y muy sano y creo que tendrá un gran futuro”, es la despedida del técnico confiada en una nota difundida por el club. La música está llena de obras sobre grandes amores que luego regresan, y mucho menos el cine.
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