Las visitas, el bombardeo del padre, el regreso a Udine: el verano loco de Samardzic

Los días increíbles de la semana previa al inicio del campeonato: acuerdo total con el club friulano, el del jugador perdido por la intervención de la matriz en un historial de agentes y comisiones

Fue el culebrón del 15 de agosto bajo el paraguas de los aficionados del Inter y más allá. Desaparecido tras un destello de veneno en la semana que precedió al inicio del campeonato, el camino que llevaba a Lazar Samardzic del Udinese al Inter estaba trazado desde hacía tiempo y bien pavimentado al menos desde principios de julio, cuando el centrocampista y El regreso de Lukaku había sido señalado como el objetivo en el que reinvertir el tesoro recibido por las ventas de Brozovic y Onana. Al final ninguno de los dos llegó, en ambos casos con acusaciones de traición gritadas desde Viale della Liberazione.

ESCENAS DE UNA BODA

El viernes 11 de agosto suena la alarma: en la recta final el acuerdo por Samardzic con el Inter fracasa. Sin embargo, la víspera el serbio alemán había sonreído como un nuevo aficionado del Inter a los aficionados que le esperaban fuera de los exámenes médicos realizados junto con Audero por Humanitas en Rozzano y en el Instituto de Medicina Deportiva CONI. De allí el portero se dirigió a la sede del Inter para firmar, y ese mismo día ya era oficial. Lazar no lo hizo: esperando hacerlo al día siguiente de la llegada de su padre y su agente, Rafaela Pimenta, a la ciudad, esa firma nunca llegó. Sin embargo, el acuerdo entre los clubes fue total: préstamo de 4,5 millones, pagado con la venta de Fabbian, más una obligación de rescate de 16 millones más dos primas. Sin embargo, el contrato de cinco años de Samardzic con el Inter no se concretó. O mejor dicho -lo entenderemos cada vez mejor a medida que pasen las horas- las comisiones ligadas al contrato, incluida la futura reventa.

PERO EN EL ALTAR…

La imagen de la implosión del acuerdo es la llegada a la sede del Inter, aquel viernes anterior a agosto, no de Rafaela Pimenta sino del padre de Samardzic, después de haberle quitado oficialmente el poder al agente heredero del imperio de Mino, Raiola, con con quien la dirección nerazzurri estaba totalmente de acuerdo, en detalle. Sólo para ver entonces al padre del mediocampista, que pasó a la agencia L10S Sports, regresar con el reclamo de volver a subir el listón, cambiando las cartas sobre la mesa. No se habla de ello, el Inter dice inmediatamente: no a nuevas reuniones, firmamos los acuerdos anteriores, Samardzic tiene 48 horas para volver al acuerdo ya preparado o no pasará nada. El 13 de agosto Samardzic hace las maletas y regresa a Udine, presagio de un final feliz que nunca llegará. El nuevo cambio de poder, pasando a Tds Sports, no es suficiente, porque las peticiones permanecen: volver a discutir un acuerdo ya alcanzado. Pasa mediados de agosto y la última palabra llega el miércoles 16.

EL PADRE

Es hora de que se calme el polvo y el padre de Samardzic da su opinión el 22 de agosto: «El Inter cometió un error: hizo todas las negociaciones y cerró el trato con una persona que no tenía permiso para hacerlo – en referencia a Rafaela Pimenta -. Pero sólo la he visto una vez en mi vida. No sé cómo se las arregló para meterse en esto: nos encontramos en el medio, queriendo cerrar el trato sin nuestro permiso. Así que cuando recibí el borrador del contrato de Inter y vimos que usted estaba ahí como intermediario y representante de Lazar, pedimos que lo cambiaran». Y nuevamente: “Nunca hablamos de dinero”, revelando su propia versión: “La primera vez que me senté en la oficina del Inter le dije a Ausilio: ‘Mira, hasta ahora nunca he visto ningún contrato, ninguna oferta’. Entonces me lo imprimió en esa cita y le dije: ‘Mira, ahora es la primera vez que veo estos números’. Y todo terminó, dijo que no teníamos nada más que discutir».

RAFAELA

A las pocas horas llegó la respuesta de Rafaela Pimenta: «Lamento que el padre de Samardzic justifique sus decisiones con estos argumentos – dijo el fiscal en un comunicado -. Para mí los hechos hablan por sí solos. De la reunión que tuve con él y su mi esposa junto con Kolarov en mi oficina de Montecarlo, a las numerosas llamadas realizadas juntos a los distintos clubes, a su petición al Udinese de hablar directamente conmigo». No solo eso: «Nuestra cita juntos en la sede del Inter, el visto bueno al Inter, los brindis con él y su mujer en un hotel de Milán, la videollamada con su hijo para organizar las visitas médicas, la llegada de otros familiares y el camarógrafo del rodaje del vídeo. Después de todo esto, el padre me hizo peticiones con las que yo no estaba de acuerdo en el fondo y en la forma y en ese momento decidí dar un paso al costado». Manos a la obra 100 días: empezamos de nuevo.





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