Las redes de la sociedad civil sacan conclusiones positivas tras un año de la ley de cadena de suministro


La Ley de diligencia debida en la cadena de suministro (LkSG) entró en vigor hace casi un año, el 1 de enero de 2023. Su objetivo es garantizar que las empresas en Alemania no se beneficien del trabajo infantil, el trabajo forzoso y otros abusos por parte de sus proveedores. Según sus propios datos, la Oficina Federal de Asuntos Económicos y Control de Exportaciones (BAFA), responsable durante el primer año, no tuvo que imponer ninguna sanción por infracciones y obtuvo un balance general positivo, que también siguen redes de la sociedad civil como, por ejemplo, la Iniciativa de la Ley de Cadena de Suministro, la Campaña por Ropa Limpia y la red CorA se conectan. Sin embargo, hay espacio para la mejora.

Según Bafa, desde que entró en vigor la ley se han realizado 486 inspecciones de empresas, principalmente en los sectores del automóvil, químico, farmacéutico, de ingeniería mecánica, energético, del mueble, textil y de alimentos y bebidas. Se recibieron 38 denuncias y en seis casos la oficina se puso en contacto con las empresas. “Las empresas obligadas están examinando más de cerca sus cadenas de suministro y en gran medida están implementando con éxito los requisitos de la ley. «Se acercaron a sus proveedores para eliminar o mitigar las quejas», concluyó Bafa.

Dar a conocer los procedimientos de denuncia.

“La ley alemana sobre la cadena de suministro trae consigo importantes palancas de cambio”, dice Artemisa Ljarja, coordinadora de casos de la Campaña Ropa Limpia, al comentar las experiencias del sector textil. “Las empresas ahora están obligadas a establecer ellos mismos mecanismos de denuncia y a responder a las denuncias recibidas de los afectados. Esto fortalece la posición de los afectados, ONG y sindicatos en el diálogo con las empresas. «Es crucial que las empresas realmente comuniquen sus procedimientos de quejas a los trabajadores de la cadena de suministro y generen accesibilidad y confianza en su uso», aconseja.

En general, las redes de la sociedad civil mencionadas coinciden en que las empresas han intensificado su gestión de riesgos en materia de derechos humanos y que los afectados, las organizaciones de derechos humanos y los sindicatos están comenzando a utilizar el mecanismo de denuncia.

Compartir la debida diligencia a lo largo de la cadena de suministro

“El primer año de vigencia de la Supply Chain Act ha demostrado que funciona: las organizaciones de nuestra red, junto con las afectadas, presentaron inicialmente quejas ante la autoridad de control, pero las empresas también muestran claramente que están trabajando en sus cadenas de suministro y pagando más. atención a este tema”, confirma en una declaración conjunta Heike Drillisch, coordinadora de la Red CorA para la Responsabilidad Empresarial.

Destaca la responsabilidad de Bafa: “Es crucial que Bafa aborde las preocupaciones de las empresas más pequeñas y ha dejado claro: las obligaciones de diligencia debida no deben traspasarse a proveedores ni subcontratarse. En cambio, las empresas deben abordar los riesgos en asociación y adaptar sus propias prácticas comerciales y de adquisiciones”.

Los requisitos de presentación de informes son fundamentales

Drillisch rechaza la suspensión de la obligación de informar recientemente solicitada por el Ministro de Economía, Robert Habeck: “Los informes sobre la gestión de riesgos y las medidas adoptadas no son una burocracia inútil, sino que son esenciales para comprobar si las empresas cumplen adecuadamente con su deber de diligencia. Debilitarlo sería contraproducente para la protección de los afectados y un desprecio por todas las empresas que ya han tomado medidas en virtud de la LkSG”.

A partir de 2024, la LkSG cubrirá a más empresas y, al mismo tiempo, está a punto de finalizar un reglamento europeo. “Las deficiencias de la ley alemana sobre la cadena de suministro deben y pueden compensarse. La Ley de la Cadena de Suministro de la UE añadirá importantes opciones de derecho civil para los afectados. El gobierno federal y los miembros alemanes del Parlamento Europeo deben ahora contribuir a una rápida decisión final sobre la directiva en el Consejo y el Parlamento de la UE”, explica Michelle Trimborn, portavoz de Supply Chain Act Initiative.



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