Las piedras que enviaron a un turista flamenco a una pesadilla turca son en realidad artefactos arqueológicos, según los expertos

Kim estaba de vacaciones en Turquía con su novio, cuando de repente su mirada se posó en una piedra especial en un callejón desierto durante una visita a la ciudad de Manavgat. Recogió la piedra, con dos flores talladas en ella, y la metió en su maleta una semana después junto con otras dos piedras que encontró en la playa del hotel. Después de un control de seguridad en el aeropuerto, Kim fue repentinamente apartada y le dijeron que era sospechosa de robo de artefactos arqueológicos, lo que conlleva una pena máxima de 10 años de prisión.

Un informe de la Dirección del Museo de Antalya, que examinó las piedras, decía que «se determinó que la pieza con dos rosetas estilizadas era una pieza de decoración arquitectónica y las dos piezas de mármol eran piezas de revestimiento de suelos». Por estas razones, la ley turca prohíbe llevar las piedras al extranjero. Por lo tanto, el informe significa malas noticias para Kim, a quien se le ha dado una «prohibición de salida» en espera de una demanda, lo que significa que no se le permite salir de Turquía. Tiene que presentarse en la comisaría de policía de Antalya todos los lunes.

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