22.
“Paramédico aquí. Fue la primera vez que trabajé con alguien que tuvo un paro cardíaco; tenía 19 años en ese momento. Nos llamaron por un hombre de 60 y tantos años, sin aliento. Tomamos nuestra silla de la escalera e intentamos Lo sacamos de la cama y lo sentamos en la silla. Se desploma, tiene un episodio de síncope y unos segundos después vuelve en sí. Intentamos sentarlo para poder levantarlo y subirlo a la silla y comienza a exclamar: “No te sientes”. ¡Levántame, no puedo sentarme! Yo digo: ‘Tenemos que subirte a esta silla. Necesitamos bajarte las escaleras para subirte a la camilla’. Nos dice que no lo sentemos dos veces más cuando le pregunto: ‘¿Por qué no puedes sentarte?’ él dice… ‘Te lo mostraré’. Y LUEGO MURIÓ.”
“No te jodas, sus últimas palabras (en ese momento) fueron: ‘Te mostraré…’ Terminamos electrocutándolo, recuperándolo, lo llevamos abajo donde murió de nuevo, lo electrocutamos, lo recuperamos. Hicimos esto cuatro o cinco veces antes de llevarlo a la sala de reanimación en la sala de emergencias. Cada vez que lo electrocutábamos, regresaba casi hablando con nosotros, pero obviamente todavía estaba fuera de sí ya que, ya sabes, acaba de morir. En general, nunca pude preguntarle cómo lo supo o qué vio, ya que fue una llamada loca y dinámica, pero nunca lo olvidaré mirándome directamente a los ojos y diciendo: ‘Te lo mostraré’. Terminó saliendo del hospital cinco semanas después. Fue muy loco”.