El debate en la Cámara de Representantes sobre el presupuesto del Ministerio de Asuntos Sociales y Empleo fue interrumpido brevemente por personas que se encontraban en la tribuna pública. Las personas con discapacidad que trabajan en empleos protegidos llevan tiempo pidiendo un mejor convenio colectivo de trabajo. La “desobediencia civil” es una iniciativa del sindicato FNV.
La vicepresidenta del sindicato, Kitty Jong, afirma que se necesitan 150 millones de euros para el aumento salarial (un poco más del 10 por ciento) y la mayor asignación por kilometraje que exige la FNV. Esto “salva a la gente de la pobreza”: según el sindicato, los empleados en empleos protegidos corren el peligro de caer por debajo del mínimo de subsistencia.
Jong destaca que ya se han tomado muchas medidas para lograr un mejor convenio colectivo de trabajo. “Los políticos le dan la espalda”, señala principalmente a la Asociación de Municipios Holandeses (VNG), porque los 75.000 empleados con discapacidad involucrados son empleados de los municipios. El VNG dice que no tiene dinero para mejoras salariales. La FNV quiere que los políticos nacionales actúen ahora y pongan fin a la “competencia de orinar” entre el ministerio y los municipios.
Debajo de sus suéteres, los manifestantes vestían camisetas rojas con el texto “No somos menos”. Lo revelaron durante el debate, cuando la diputada del PvdA Barbara Kathmann preguntó al miembro del PVV Léon de Jong sobre la situación de los empleados con discapacidad. No se permite interrumpir los debates. Por lo tanto, se pidió a los miembros de la FNV que abandonaran las gradas.