Las palabras a sus compañeros y el espectro de la operación: la encrucijada del futuro de Ibra

«No te preocupes, no es un discurso de despedida», aseguró Zlatan. Pero la perspectiva de una cirugía para reducir los problemas de la rodilla izquierda ensombrece los planes para continuar

Será el primer nudo a resolver para el campeón italiano AC Milan. ¿Qué hará Zlatan Ibrahimovic? ¿Se sentará a la mesa con los directivos rossoneri para hablar del futuro? Y si es así, ¿será un futuro futbolístico o gerencial? “Cuestión de días y te cuento”, aseguró el campeón sueco inmediatamente después de la carrera en Reggio Emilia. Es obvio que la propiedad jugará un papel clave, porque no se puede colocar la firma en ningún contrato si no hay claridad a nivel de la estructura corporativa. Pero incluso antes de ver si los representantes de Elliott o RedBird trazarán el perímetro dentro del cual se moverá Paolo Maldini, le toca a Zlatan decir una palabra de claridad sobre sus intenciones.

Sufrimiento

El punto central es de naturaleza atlética. Porque si solo dependiera del deseo de Ibra, habría muy pocas dudas: seguiría adelante, para no arriesgarse -en sus palabras- a «parar cuando todavía tienes algo que dar y luego arrepentirte». El problema es que la estructura física de la muestra ha comenzado a dar fuertes señales de falla. “He sufrido demasiado este año”, fueron sus palabras a sus compañeros, aún con la botella de champán en la mano. Antes los había tranquilizado, tomando la palabra para agradecer al grupo: “No se preocupen, no es un saludo, no paro”.

Hipótesis de intervención

Todas estas son pistas que Zlatan siembra, de una forma u otra, dando la sensación de no tener las ideas aún muy claras. Él primero. En esta temporada fue titular solo 14 veces de 27 apariciones totales en varias competiciones: muy poco, en comparación con los hábitos. Pero no es tanto una cuestión de espacio, es más un problema de eficacia: en muchas ocasiones apretó los dientes para hacer una aportación incluso en condiciones imperfectas, plagadas de dolores y sobrecargas en su maltrecha rodilla izquierda. Ya no puede seguir así. La operación es un espectro que él mismo no descartó: «Ya veremos». Y si es cierto que una operación a los cuarenta años pondría fin a la carrera de cualquier simple mortal, en su caso, quién sabe, podría incluso alargar su vida deportiva. En la línea de lo ocurrido el pasado verano: regreso al grupo aplazado tras pasar por el quirófano, para que pueda ser convocado en otoño. Las prisas por volver, ahora que también ha llegado el Scudetto en la segunda vuelta rossoneri, ya no están. Será mejor que se tome un tiempo para mirar dentro, entonces. Y para entender si la armadura de superhéroe se puede reparar de alguna manera, una última vez, para disfrutar de «el último baile» con estilo.



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