Para los pacientes con cáncer y pacientes terminales, la pérdida de su mascota es muy pesada, notó el equipo de oncología y paliativos del Hospital Sint-Trudo. A menudo, además de un golpe físico, también reciben un golpe mental debido a su enfermedad. Despedirse de su mascota también es muy importante para los pacientes que se encuentran en la última fase de su vida.
“En el pasado, hicimos lo que pudimos para darle a la gente la oportunidad de conocer a su perro o gato”, dice Nele Kerkhofs, psicóloga y una de las iniciadoras. “Eso se tiene que hacer afuera, porque en la habitación del hospital se aplican estrictas normas de higiene que no permiten la entrada de animales.
Por eso se ha construido un pabellón accesible desde el parking en coche, para que la mascota no tenga que pasar por el hospital. Para la idea del pabellón de animales se fijó en Villa Samson en Bruselas. La dirección dio luz verde inmediatamente y gracias a los beneficios de la organización Luchadores Contra el Cáncer se recaudaron 141.666 euros para su realización. “Es genial que la idea surgiera de las señales que escuchamos de los pacientes que extrañaban a su mascota”, dice Cindy Monard, gerente general del Hospital Sint-Trudo.
Los pacientes que están encamados por su enfermedad también pueden acudir al pabellón, con cama y todo. “Será mucho más fácil y agradable si podemos organizar esas reuniones en nuestro pabellón”, dice Kerkhofs.
A partir de septiembre, el hospital de Limburgo también pondrá en marcha un proyecto en el que los animales de terapia ayudarán a la rehabilitación motora de los pacientes.