Las lágrimas de Stellini, de refugiados al Tottenham: «Cuando entrenaba… Robben y un portero tuerto»

El heredero de Conte en el club londinense recuerda la experiencia de 2012-13: «Te diré lo que es una verdadera crisis, llegar a Grecia escondido dentro de una rueda de repuesto…»

“El Tottenham no está en crisis. Te diré cuál es la verdadera crisis”. Con lágrimas en los ojos y la voz quebrada por la emoción, Cristian Stellini abre el álbum de los recuerdos y cuenta aquella experiencia que le cambió la vida tanto como ser ayudante de Antonio Conte cambió su carrera. Una experiencia muy fuerte, tanto que incluso años después al nuevo técnico del Tottenham le cuesta contar. Una experiencia que le formó y sobre la que, además de las enseñanzas de su maestro Conte, intentará construir su experiencia como número 1 de los Spurs, que arranca mañana ante el Everton.

el equipo

Stellini se remonta a 2012-13, cuando después de renunciar como asistente de Conte al final de la primera temporada con la Juventus debido a su participación en las apuestas de fútbol, ​​se encontró entrenando a un equipo improvisado de refugiados y solicitantes de asilo. “Esa experiencia me hizo crecer como hombre –dice con lágrimas corriendo por su rostro– Me hizo darme cuenta de que, cualesquiera que fueran los problemas que yo tenía, los de ellos eran definitivamente más grandes. Me enseñó tantas cosas sobre la vida». Stellini habla de su equipo formado por jóvenes de Afganistán, Marruecos, Ghana, República Democrática del Congo y de todos los rincones de África. De los jugadores que venían a entrenar descalzos, de los constantes encontronazos entre anglófonos y francófonos (“Eran grandes y gordos y teníamos que separarlos cada vez, pero yo usaba el fútbol para unir”), de los retirados entrenador que venía a echarle una mano todos los martes y viernes, recordándole lo mucho que significaría para él esa experiencia.

robar

De todas las historias que ha conocido, Stellini recuerda la de un refugiado afgano al que también le gustaría llevar a su vestuario del Tottenham. “Tenía una historia realmente difícil -recuerda-. Había intentado llegar a Europa en un bote de goma pero lo habían enviado de regreso a Turquía tres veces. Finalmente logró llegar a Grecia, escondiéndose todo acurrucado dentro de una enorme rueda de repuesto. Viajó 24 horas así, y cuando lo sacaron estaba tan acurrucado que no podía mover las piernas. De ahí escapó a Italia: era boxeador pero no era perfecto, tenía problemas con la justicia y se escondía buscando un abogado. Sin embargo, venía al campamento todos los días. Y les pidió a todos que lo llamaran Robben. Me enseñó mucho».

el portero tuerto

Hay otro de sus jugadores que se quedó en el corazón de Stellini: el portero tuerto, refugiado marroquí que le hizo ganar el «Mundialito», torneo que se disputa en Turín a nivel nacional. “Recuerdo que estábamos jugando el torneo y éramos el equipo con más refugiados de todos. Cuando llegamos a los octavos de final, los jugadores me dijeron que no me preocupara si íbamos a los penaltis, porque él se encargaría. «Pero sólo tiene un ojo», le dije. Y me dijeron que era el mejor portero y que pararía todos los penaltis. Entre semifinales y finales salvó tres: ganamos el torneo. ‘Cuenta la fuerza de voluntad’, me decían. Fue una experiencia increíble». Uno que lo ha moldeado tanto que lo lleva consigo, incluso ahora que entrena al Tottenham.



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