Las lágrimas de Ranieri, el hombre de las hazañas imposibles: "Una alegría indescriptible"

Después de 33 años trajo al Cagliari de regreso a la Serie A, luego de levantarlo en el puesto 14 en Navidad. Tras la mítica Premier con el Leicester, otro capítulo en su carrera de cuento

Cómo todo empezó. Año de gracia 1990, Claudio Ranieri se convierte en entrenador de la Serie A conquistándola en el campo guiando al Cagliari al ascenso a la máxima división. Treinta y tres años después, toda una vida, y qué vida de señor de banco, la historia se repite. Cuando sonó el pitido triple, cuando devolvió al Cagliari a la Serie A en el San Nicola al ganar la final del playoff ante el Bari, Ranieri se echó a llorar. Contagioso, porque es una historia que toca a todo el mundo del fútbol.

Las palabras y el paseo

«Quiero agradecer a los muchachos. Estoy llorando porque escucho este partido. Es una alegría indescriptible», dijo unos segundos después del pitido final, alcanzado por el micrófono de Sky. «Todos han contribuido a esta promoción, incluso los que no han jugado». Ranieri se había llevado al Cagliari antes de Navidad en el puesto 14 de la Serie B, y desde entonces los rossoblù solo han perdido dos partidos de 19, ganando 9 y terminando la temporada en el quinto lugar. Luego la gesta de los playoffs con el Parma, derrotado 3-2 en casa al remontar un 0-2 y luego defender el 0-0 en el Tardini, y esto con el Bari, violando a San Nicola en el tiempo añadido tras el 1-1 ido.

cuantas alegrías

Suyas son las lágrimas de un hombre que lideró desde el banquillo una de las historias más épicas del fútbol, ​​la victoria en la Premier League 2015-16 del mayor forastero de la historia de la liga inglesa, el Leicester. También ganó la B en Francia, en el Mónaco en 2013, y también la había ganado con la Fiorentina en 1994. Con la que también levantó la Copa de Italia dos años después, a la que sumó la Copa del Rey en 1999 con el Valencia, anillos de una carrera que también le ha visto dejar su huella en los banquillos de Nápoles, Atlético de Madrid, Chelsea, Parma, Juventus, Roma, Inter, Mónaco, Nantes, Fulham y Sampdoria. Lejos de ser el final feliz para este espléndido jugador de 71 años, el ascenso con el Cagliari añade otro capítulo especial.



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