Las imágenes de drones muestran a un pequeño grupo de personas con trajes protectores rociando una línea roja a lo largo de carreteras en gran parte desiertas que van desde una estación de policía hasta la Corte Suprema en el centro de Jerusalén. A lo largo del costado del camino estaba escrito “trazar la línea” en hebreo, árabe e inglés. Una aguda burla dirigida al primer ministro israelí Netanyahu.
Las protestas contra la reforma judicial en Israel se prolongan desde hace semanas. Todos los intentos de llegar a un compromiso han fracasado hasta ahora. El gobierno israelí quiere que el parlamento tenga más voz sobre el sistema legal, mientras que al mismo tiempo la Corte Suprema es menos poderosa.
Si se implementan todas las reformas, esto significa una amenaza para la separación de poderes, según los opositores. También temen que, como resultado, se pongan en peligro los derechos de las minorías del país, como los palestinos. Según el primer ministro, las reformas son necesarias “para restaurar el equilibrio entre poderes”.