En el fútbol europeo, los primeros jugadores amenazan con declararse en huelga. Una medida necesaria desde hace mucho tiempo para poner fin a la locura.
Aunque Rúben Dias agregó un emoji a su publicación, el contenido no fue gracioso. A principios de agosto, el central portugués del Manchester City mostró a sus seguidores su calendario para la próxima temporada hasta junio de 2025 inclusive. Los espacios blancos, las pausas entre las numerosas jornadas de colores, son pequeñas.
La apretada agenda de Dias es el resultado de un fútbol lleno de avaricia. Una nueva Liga de Campeones en la que cada equipo ahora tendrá que jugar ocho partidos en lugar de seis en la ronda preliminar. También hay una ronda intermedia recientemente introducida para 16 equipos con un partido de vuelta. La UEFA espera más emoción, pero también más dinero.
Lo mismo se aplica a la FIFA y su nuevo Mundial de Clubes. Hasta hace poco esto estaba formado por siete equipos que jugarían un máximo de tres partidos, pero ahora hay 32 equipos que juegan hasta siete partidos. Al fin y al cabo, el Mundial de Clubes ya no se celebra anualmente, pero sigue siendo una carga adicional.
No sólo los jugadores sufren las reformas, sino también el fútbol. Destacados formadores y profesionales llevan años dando la voz de alarma. Pero las asociaciones prefieren escuchar el sonido de las cajas registradoras. En respuesta, algunos jugadores amenazan con una huelga. Lo justo para poner fin a la locura. Hazlo, por favor.
“Estamos cerca de una huelga”, amenazó el campeón de Europa Rodri del Manchester City cuando se le preguntó sobre la tensión que sufren los jugadores antes del primer partido de la Liga de Campeones contra el Inter de Milán esta semana. Se sumó el subcampeón del mundo Jules Koundé, del FC Barcelona. “Nadie nos hace caso, no se escucha a los jugadores ni a los entrenadores”, se quejó. Willi Orbán, del Leipzig, también denunció los numerosos juegos. “Si además hay un Mundial de Clubes, será muy, muy difícil gestionar la carga y, de hecho, una locura para los jugadores”, afirmó el húngaro.
Jürgen Klopp advirtió en 2021: “Más partidos es imposible. Las estructuras no están diseñadas para más partidos”. Pep Guardiola estuvo de acuerdo: “Habrá más lesiones. La UEFA lo sabe, ¿le importa? En absoluto”.
Cinco ejemplos de quienes intervienen en el negocio del fútbol. Pero casi nadie escucha sus críticas, sus preocupaciones y temores. El limón “futbolista” se exprime hasta la última gota. Los desgarros de ligamentos y las lesiones musculares en jóvenes de 19 años debido a jugar más de 50 partidos competitivos en un año calendario ya no son infrecuentes. Como los jugadores que se sienten mentalmente vacíos. El fútbol, que podría verse mucho mejor si los jugadores estuvieran realmente en forma, también se ve afectado por esto.
Asociaciones como la FIFA o la UEFA no intentan detener esta evolución. Y mientras los jugadores dejen que les pase, nada cambiará. Por eso se necesita urgentemente una huelga. Porque sólo cuando la pelota se detenga, cuando no se pueda ganar dinero, las asociaciones tomarán medidas. Ya era hora.