Las grandes empresas holandesas como Schiphol, FrieslandCampina y Boskalis tienen poca información sobre sus emisiones indirectas de gases de efecto invernadero. En parte debido a esto, sus planes climáticos para 2030 no están en línea con el acuerdo climático de París. Eso dice Milieudefensie, que calculó los planes climáticos de 29 empresas e instituciones financieras en un informe publicado el martes.
Milieudefensie cree que las grandes empresas contaminantes deberían hacer una contribución proporcional a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero como países. El año pasado, el tribunal de La Haya falló a favor de la organización ecologista en una demanda presentada contra Shell.
Shell debe reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 45 por ciento para 2030, decía el veredicto. Esa es la reducción de emisiones que debemos lograr a nivel mundial en el mismo período para mantener el calentamiento por debajo de 1,5 grados, la máxima ambición del acuerdo climático de París. Shell y muchas otras empresas (holandesas) dicen que apoyan este Acuerdo de París.
La ambición se estanca en un tercio del gol de París
Tras la sentencia del juez de La Haya, Milieudefensie quiso saber cuál era la situación con otras grandes empresas holandesas o con sede en Holanda. Para ello, encargó al centro de investigación con sede en Alemania NewClimate Institute el cálculo de los planes climáticos de 29 empresas e instituciones financieras.
Si estas instituciones implementan sus propios planes climáticos, sus emisiones de gases de efecto invernadero disminuirían en un 17 por ciento en promedio para 2030.
Hay diferencias mutuas. Dredger Boskalis, las empresas energéticas holandesas Viton y Vopak, el productor de carne Vion y la aseguradora de crédito Atradius se encuentran entre el grupo que obtuvo una puntuación “muy mala” según la encuesta. Schiphol, KLM y FrieslandCampina, entre otros, califican como “pobre”.
Las empresas holandesas con la mejor puntuación relativa, clasificadas como “moderadas”, incluyen a AkzoNobel, BAM, DSM y Tata Steel. Ninguna de las empresas encuestadas recibió una calificación buena o muy buena según el método NewClimate Institute.
Tarjeta amarilla camino a posibles casos climáticos
Milieudefensie no quiere acudir a los tribunales de inmediato, pero ha anunciado que repetirá el estudio dentro de un año para ver si las empresas están endureciendo su política climática mientras tanto. Sin embargo, se está iniciando una investigación legal preliminar.
“No estamos aquí para entablar juicios, sino para detener el peligroso cambio climático”, dice Donald Pols, director de Milieudefensie. “Pero si es necesario, estamos dispuestos y en condiciones de iniciar nuevas demandas”. La organización también dice que está en conversaciones con las empresas investigadas.