La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) cita, entre otras cosas, los continuos esfuerzos del gobierno para disolver el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) de izquierda y pro kurdo. Por ejemplo, el candidato presidencial del HDP, Selahattin Demirtas, fue capturado en el período previo a las elecciones de 2018. Todavía está atascado. Aunque sobre el papel había alternativas políticas reales para los votantes turcos, la OSCE argumenta que la persecución de los políticos impide la verdadera diversidad.
La diputada holandesa Farah Karimi del partido GroenLinks estuvo de acuerdo con la falta de diversidad. Dirigió la misión de observación de la OSCE en Turquía. “Desafortunadamente, las mujeres estuvieron subrepresentadas en estas elecciones”, dijo Karimi. Según Karimi, también fue difícil para cientos de miles de turcos ejercer su derecho al voto. Casi no se ha puesto en marcha ninguna ayuda para que puedan votar las víctimas de los terremotos en Turquía.
El jefe de la delegación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa también ve los obstáculos estructurales para las elecciones turcas. Si bien la democracia turca es “sorprendentemente resistente, Turquía no cumple con los principios básicos para celebrar elecciones democráticas”, dijo Frank Schwabe. “Importantes figuras políticas y sociales están en prisión incluso después de los fallos del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la libertad de los medios de comunicación está severamente restringida y prevalece un clima de autocensura”.