El patrón biancoceleste celebra el aniversario con un balance positivo: el resultado agregado de los últimos veinte años es positivo por 62 millones.
Hace veinte años estaban Berlusconi y Moratti, y ni siquiera un propietario extranjero en la Serie A. Los clubes profesionales se aprovechaban de la ley del “spread de depreciación” después de haber inflado dramáticamente los precios de las tarjetas de los futbolistas (y de sus billeteras). Balances pobres, como el de la Lazio, que cayó al borde de la quiebra cuando un personaje nunca antes visto aterrizó en el mundo del fútbol: Claudio Lotito.