Las casas para pájaros, los hoteles para ardillas y los restaurantes para erizos de Koert Lich (79) de Assen son populares en todo el país.

Las obras de arte en madera son muy populares, pues recibe pedidos de todo el país. Las casas para pájaros incluso se envían a otros países de Europa. Sin embargo, Lich a veces tiene que decepcionar a la gente. “Si respondo a todas las solicitudes, estaré trabajando en ellas día y noche. Pero me he puesto la meta de no hacer más de un promedio de cinco en una semana”, explica el artesano. “Sin embargo, estoy haciendo diez de nuevo esta semana”, se ríe.

Se necesita un día entero para hacer uno. Y a los animales no les falta lujo, porque las casas tienen incluso antepechos, su propia terraza o balcón y varias entradas y salidas. Su ático está lleno de materiales para armarlo. “Mi esposa a veces se queja del desorden que hay aquí”, dice Lich, mirando a su alrededor. “Pero no puedo hacer nada sin este lío”.

Los interesados ​​tienen que pagar unos cincuenta euros por una creación de la mano de Lich. “No tienes que hacerlo por las ganancias, porque entonces esas casas tendrían que costar entre ciento treinta y ciento cuarenta euros. Yo pago unos cuarenta euros solo por el material de construcción”.

Así que no se hará rico con su afición, pero el dinero no juega un papel importante para Assenaar. No solo lo hace por su amor a los animales, sino que también puede aprovechar el ejercicio diario. “Para mí es una especie de terapia de movimiento. Si no hago nada, entonces sufro de reumatismo. Si hago algo, me olvido de ese reumatismo y ya no tengo dolor”, dice la amante de los animales.

Parar por un día no es una opción para él. “Puedo sentarme detrás de los geranios, aunque afortunadamente no los tenemos, pero eso no me hace feliz”.

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