La disputa fiscal se refiere principalmente a los precios que las filiales del grupo se cobran entre sí. Las empresas multinacionales como Microsoft tienen unidades en muchos países diferentes que pueden enviarse facturas entre sí, lo que afecta las ganancias imponibles que la empresa obtiene en los Estados Unidos y en otros países.
Microsoft espera que la batalla con las autoridades fiscales pueda durar años. Las decenas de miles de millones en impuestos y multas que Microsoft debe según el IRS datan de 2004 a 2013.