Antes de que derriben la antigua imprenta Strobbe en Izegem, se celebra una última fiesta. El protagonismo está reservado a los Red Devils, ya que el almacén vacío se ha transformado en una aldea de la Eurocopa.
“La fiebre por la Eurocopa está empezando poco a poco: la competición regular con los play-offs duró mucho, estuvo la ‘feria de bollekes’ con las elecciones. La atención puesta en el Campeonato de Europa apenas ha comenzado, por lo que estamos preparados”, afirma Frédéric Boulez, de la organización.