Fue el personal de cocina de un restaurante de langosta en Hollywood, Florida, quien reconoció a la rara bestia entre las otras langostas frescas servidas en un tazón de agua.
La llamaron «Cheddar», en honor a las famosas galletas Cheddar Bay del restaurante. “A veces ocurren milagros, y el Cheddar es uno de ellos”, dijo Mario Roque, gerente de la cadena de restaurantes Red Lobster.
Se pusieron en contacto con Ripley’s Aquarium en Myrtle Beach, que vino a recoger la langosta. En lugar de terminar en un plato como un manjar, ahora se hará investigación científica sobre él.
Según los científicos, las langostas naranjas son incluso más raras que las langostas azules: mientras que la posibilidad de encontrar una langosta azul es de una en un millón, la posibilidad de encontrar una langosta naranja es solo una en 30 millones.