Laila, puños en las sombras: el peso de ser hija del más grande de todos los tiempos


Nacida de la unión de Muhammad Ali y Verónica Porsche, lo ganó todo pero nunca se liberó del mito de su padre.

Si es cierto que un padre te marca, para bien o para mal, un padre inimitable siempre sabrá que, cada vez que se habla de ti, siempre saldrá a la luz: hagas lo que hagas, acabe tras las rejas o gane un Premio Nobel, la definición “hijo de” siempre le precederá. O hija, como en el caso de la deportista de la que hoy hablamos; espléndida deportista, desde todo punto de vista, pero que se hizo famosa ante todo como la hija del hombre que supo mostrarle al mundo cómo era posible bailar entre rinocerontes, y luego con sus posturas cruzó la línea del boxeo. al ámbito político, social, especialmente sociológico en retrospectiva. Laila Ali, hija de Muhammad Ali y Verónica Porsche, rasgos de belleza mezclados en exceso, rasgos de delicadeza casi redundante.



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