“Querido coleccionista de gomas elásticas”, así abre el restaurante Gelco Groote su grito desde el corazón en la cuenta de Instagram de su restaurante en Hoogeveen. Desde hace cuatro años, el restaurante ‘t Schippershuus es objeto de vez en cuando de un “ladrón de gomas elásticas”. “Siempre son las mismas bandas elásticas, ya sabes, que también usas para la tienda”.
El fin de semana pasado volvió a suceder en Hoofdstraat en Hoogeveen. Luego ocho bandas elásticas desaparecieron en el bolsillo interior del aún desconocido “rodillo elástico”. Groote utiliza este tipo de ganchos de araña para las velas que tiende alrededor de su terraza desde 2017. Su objetivo es proteger a los visitantes de la terraza del viento.
“Poco a poco vamos perdiendo entre 150 y 200 bandas elásticas. ¡Para mí no es una cuestión de dinero! Cada una cuesta solo 25 céntimos, así que no nos importa, pero ahora se está convirtiendo en una cuestión de principios”, dice Groote “También parece haber algo de ritmo. Los toma alternativamente y se lleva los mismos colores. Luego siempre deja los lienzos colgados sin tocarlos”.
Durante cuatro años, el restaurante ha estado intentando descubrir quién es el hombre de la locura por coleccionar gomas elásticas, pero nunca ha podido capturarlo con la cámara. Varios informes a la policía tampoco condujeron al resultado deseado. Hasta el fin de semana pasado. Groote: “A las once menos cuarto vino y le hicimos una foto completa. Era un poco tímido, pero ya tenemos una cara”.
“¿Qué hago cuando mañana aparezca en nuestra puerta? Luego le doy la mano y le pregunto si su objeto de arte está casi listo. Si todavía necesita más elásticos, con mucho gusto le daré un bolso nuevo.” , concluye Groote con una risa.