El “campo amplio de derrota además de amarga es lo que termina en el centro de atención . Lo que resulta difícil de digerir es, sobre todo, la clara ventaja de la derecha. Porque la alianza del Partido Demócrata y 5 Estrellas a la Acción, Sinistra e Italia Viva no lograron ser competitivas acortando distancias con la derecha. Por lo tanto no se produjo la remontada que se esperaba y tal vez se esperaba. ¿Una prueba fallida y por tanto un proyecto fallido? Ésta es la cuestión para una oposición que, sin embargo, no parece tener grandes alternativas a este plan de juego.
Veremos si esta derrota pesa sobre las dificultades -que ya existen- para encontrar un candidato común basílica Y Piamonte pero abandonar inmediatamente sería el signo de una volubilidad que no recompensa en política. Más bien, recompensa la obstinación en ofrecer a los electores una propuesta que, como demuestra la votación de ayer en Abruzos, todavía necesita manifestaciones y ajustes. Pero si no existe la amalgama de la coalición, falta incluso ese pegamento mínimo para hacer creer a la gente en la posibilidad de que partidos tan diferentes puedan gobernar sin una crisis. Este es el punto débil que había que cuidar más. Y aquí La tarea para las próximas elecciones regionales y administrativas de junio. para los líderes de la oposición.
Luego está, como siempre en toda realidad territorial, el específico de Abruzos. El hecho, por ejemplo, de que el candidato a gobernador de 5 Estrellas (dos veces) se haya pasado a Forza Italia hace unos meses seguramente habrá desorientado a los votantes del Movimiento. Para el Partido Demócrata, la primacía en la coalición sigue siendo la responsabilidad de Schlein de insistir en la creación de una alternancia de derechas.
En cambio, Abruzzo tranquiliza a Meloni dos veces. De hecho, borra las primeras dudas sobre su popularidad, que surgieron tras la derrota en Cerdeña, y le lanza con el impulso necesario hacia la campaña europea. Además, confirma al gobernador Marsilio dándole el liderazgo en la reelección en una Región que, en cambio, había visto una alternancia derecha/izquierda.
De hecho, aquí no se habían cometido errores como en Cerdeña. Ningún candidato fue sustituido tras un tira y afloja con un aliado y, sobre todo, la ventaja de no tener la regla del voto dividido que quizás tuvo su peso entre Cagliari y Sassari. En la derecha, el único análisis que puede revelar sombras es el del peso de las listas en el seno de la coalición, que parece confirmar la inquietud de la Liga. También en este sentido hay otra confirmación, porque Abruzzo no muestra signos de recuperación del partido de Salvini a pesar del compromiso del líder.