La violencia existe no sólo cuando se expresa el disenso, sino también cuando no se puede expresar el consentimiento. Nadie puede abusar de una persona inconsciente. Punto


Antonella Baccaro (foto de Carlo Furgeri Gilbert).

Callees bueno que un tema importante, como el de la violencia sexual, a menudo termine siendo rehén de los eventos políticos y la consiguiente explotación.

Ocurrió cuando el hijo de Beppe Grillofundador del M5S, y ha vuelto a ocurrir estos días, con la denuncia de una chica contra el hijo del presidente del Senado, Ignazio La Russa.

Lo siento porque, al intentar acertar en esto o defender aquello, perdemos de vista una realidad compleja. Aquí hablamos de violencia sexual, pero también de una muestra representativa de nuestra sociedad que ve a los más jóvenes protagonistas y su forma de estar juntos.

El columnista de Gratis Filippo Facci, también abrumado por la polémica por un comentario sobre la historia, a su manera plantea un tema central. Facci escribe: «Hay otros problemas. Una es que, en el medio, no sólo está la milésima generación desconocida y ultraligera, distraída, alejada de nuestros tabúes y del oneroso concepto del “delito”: en el medio está esa normalidad del mal que son las drogas disco de hoy en día, en constante evolución».

Bianca Balti, la impactante historia de la violación:

El objetivo del comentario es demostrar que las versiones de los protagonistas de la historia pueden haber sido alteradas por la suposición de las drogas y que el uso de estas últimas forma parte de una modalidad propia de una juventud «ultraligera». En fin, como hace todo el mundo, es inútil desentrañar la maraña de responsabilidades, incluso imposible, parece sugerir Facci.

Pero hay una realidad, la que recoge el informe pericial de la clínica Mangiagalli, lesiones que «podrían ser compatibles» con un cuadro de violencia sexual. Y esto es un hecho. Así como no debe perderse de vista un punto sobre el que habrá de detenerse la investigación: la violencia existe no sólo cuando se expresa el disenso, sino también cuando no se puede expresar el consentimiento. Nadie puede abusar de una persona inconsciente..

Manteniendo este principio en su lugar, todo lo demás se desvanece en el fondo. Incluso ese atisbo de juventud perdida que agita sus angustias hasta la inconsciencia.

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