Tjaart Hoeksema, Mariska Woertman y los niños Linde y Berber han descubierto los lugares más bellos del mundo en su velero desde 2018, pero concluyeron este viaje especial el pasado sábado. Están de regreso en Texel y eso significa retomar la vida anterior nuevamente, aunque lleva un tiempo acostumbrarse.
Cuatro días después de su regreso a Texel, Zouterik, el velero que fue el hogar de la familia durante cuatro años, ya se ha vaciado en gran parte. La familia vuelve a vivir en su casa de De Cocksdorp. Y eso significa que tu ropa sucia puede ir directamente a la lavadora, la conexión a internet funciona en todas partes y no te golpeas la cabeza cada vez que pasas a otra habitación.
Así que era diferente en el barco. “No tenemos una ducha en el interior del barco”, dice Mariska. Por lo tanto, la familia tuvo que ducharse afuera, a veces con temperaturas extremadamente frías, en la cubierta. “Pero afortunadamente con un hermoso cabezal de ducha”, dice Mariska con una sonrisa.
En el video a continuación, Tjaart y Mariska cuentan sobre su viaje por el mundo y muestran dónde vivieron durante cuatro años (el texto continúa debajo del video).
Pequeño espacio
Dentro del barco pronto notas que es bastante estrecho para vivir con cuatro personas. “Eso sin duda creó situaciones al principio en las que literalmente y en sentido figurado chocaron en el barco”, explica Mariska. “En mi caso, me tomó seis meses acostumbrarme”.
Pero después de que todos se instalaron, la familia hizo recuerdos para toda la vida y todos lograron vivir como una familia ‘normal’, pero en un velero que navegaba alrededor del mundo.
“‘¿Qué les estás haciendo a tus hijos?’, a veces escuchamos”
Comentarios
Aunque la familia recibió mucho apoyo de amigos y familiares, también recibió algunas críticas. “’Qué les haces a tus hijos’ o ‘Los sacas de su entorno familiar’, a veces escuchamos”, dice Mariska. “Pero siempre decimos: ‘Atrévete a vagar’, porque la vida no es un camino recto”, dice Tjaart.
Pensar en el futuro
Mientras tanto, la familia vuelve a disfrutar del espacio que los rodea, del agua corriente del grifo y de una ducha caliente. Pero tomará algún tiempo para que ese sentimiento vuelva a la normalidad. Especialmente para la hija menor, Berber, Mariska nota: “Ella solo conoce la vida en el barco, por lo que le cuesta mucho acostumbrarse”.
De momento, la familia está de vuelta en Texel, pero no descartan una nueva aventura en el futuro. “Ahora solo sabes lo bueno que puede ser. Que puedes llevar tu casa contigo y sentirte como en casa en todas partes”.
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