La verdad es que no tiene sentido el final de un amor. Como al principio, después de todo.


Noo Boomers tuvimos suerte. Hemos disfrutado de una temporada musical extraordinaria y nunca nadie nos ha dejado un WhatsApp. Quizás por eso las generaciones que vinieron después estaban algo enojadas con nosotros. Excepto, por supuesto, que hemos contaminado el planeta absorbiendo todos los recursos posibles de los jóvenes del futuro.

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En el amor, para bien o para mal, había que hablar y las palabras de despedida, como sabemos, son las más difíciles de pronunciar. Un precioso libro de ha llegado a las librerías para profundizar en este tema palpitante y doloroso diego de silva, Los créditos finales de una vida en comúnpublicado por Einaudi.

El escritor envió de vacaciones al “abogado fracasado” Vincenzo Malinconico, personaje adorado por el público, para regalarnos una novela de amor, de hecho sería mejor decir una novela sobre el “desamor”. Una historia estrictamente contada a dos voces porque en una relación cuando todo va bien se viaja al unísono, la pareja es un ser mitológico como esos extraños animales de dos cabezas pertenecientes a una zoología fantástica.

“Los créditos finales de una vida juntos” de Diego De Silva (Einaudi).

Pero cuando el hechizo se rompe, cada uno recupera la posesión de su identidad y nos ofrece su versión de los hechos. Naturalmente, las verdades mutuas nunca coinciden, como bien lo saben los amigos cercanos que se ven obligados a ponerse del lado de uno de los dos contendientes en este duelo sin límites que es el final de una historia.

Fosco y Alice, los dos protagonistas del libro, se encuentran en los créditos finales de su vida juntos y el autor con la prosa irónica y a la vez “melancólica” que sus fans han aprendido a amar con el paso de los años, logra captar los infinitos matices de su avenida del atardecer que se asemeja a todos los finales de nuestras historias y No podemos evitar sentir empatía, sufrir y enojarnos junto con ellos..

Pero con un ingenioso truco literario el autor enfriará ingeniosamente el apasionante tema de la despedida. confiándolo también a las burocráticas y aparentemente desalmadas palabras de sus respectivos abogadosbrindándonos un punto de vista aún más alienante y original. El final de una historia tiene que ver con el duelo pero no tan macabro, pero de la misma manera te obliga a hacer un viaje al pasado para revivir momentos, casas y cosas perdidas en el tiempo, personas y perros que hemos amado, perdido. , traicionado.

Y al final de este largo viaje nunca encontrarás significado. Porque como nos recuerda el autor «La verdad es que el final de un amor no tiene sentido. Como al principio, después de todo.». Y lo mismo ocurre con la vida.

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