No hay sobre la mesa ninguna nueva reforma del MEDE ni un fondo de rescate sin Italia. Siempre hay una sola esperanza: que Roma vuelva sobre sus pasos y ratifique el respaldo del Mecanismo de Estabilidad Económica. La presidencia belga de la UE, reunida con algunos medios internacionales, abordó una vez más la delicada cuestión del MEDE en vista de un semestre (en realidad, un período de cuatro meses, con las elecciones europeas en junio) ciertamente marcado por los expedientes económicos, que comienzan con el reforma del Pacto de Estabilidad. Una reforma que Bélgica quiere cerrar a toda costa, siguiendo en paralelo otros dos expedientes: la Unión Bancaria y la Unión de Capitales.
La cuestión del MEDE
En cuanto a la primera cuestión, el no del Parlamento italiano al MEDE, que llegó el pasado 21 de diciembre, podría alterar las cosas. La presidencia belga se centra en primer lugar en el llamado CMDI, es decir, la reforma de la gestión de crisis bancarias y del seguro de depósitos. La Comisión presentó su propuesta el pasado mes de abril. Ahora corresponderá a Bélgica facilitar las negociaciones entre los países miembros y con la Cámara Europea. “Dado que el respaldo del MEDE no está disponible, es importante avanzar”, explicó el ministro de Finanzas, Vincent Van Peteghem.
La presión de la presidencia de la UE
Para el ministro, sin embargo, reforzar la gestión de las crisis bancarias no es un plan B en comparación con el fondo de rescate. “La primera opción, el escenario preferible, sigue siendo que Italia ratifique el MEDE”, subrayó, excluyendo la hipótesis, apoyada por Roma, de poner un modelo diferente para la reforma del fondo: “Escuché las palabras del Primer Ministro Meloni, me parece difícil que esto suceda”, señaló. En resumen, Bruselas todavía lo espera.
Objetivo de ratificación del Pacto de Estabilidad en abril
Pero, para la UE, la cuestión del MEDE sigue estando separada de la del Pacto de Estabilidad. Durante el Pleno de enero la Cámara Europea aprobará su posición negociadora. Entonces comenzarán los diálogos tripartitos entre las instituciones comunitarias. “Será una negociación delicada, sabemos lo difícil que fue llegar a un acuerdo en el Consejo de la UE, pero tanto entre los países miembros como entre los eurodiputados existe la conciencia de que el acuerdo es necesario”, subrayó van Peteghem. La presidencia rotatoria pretende, por tanto, cerrar las negociaciones en marzo para permitir la ratificación del Pacto en abril, en la última curva de la legislatura de von der Leyen.
Fondo de Recuperación «hito»
El nuevo Pacto será la piedra angular de la reunión informal Ecofin que se celebrará en Gante a finales de febrero y que la Presidencia belga quiere centrar ante todo en el gran tema de la competitividad. En este contexto, explicó el secretario de Estado responsable del Pnrr, Thomas Dermine, el instrumento del Fondo de Recuperación “es un hito, un modelo” a seguir. Sin embargo, observó el jefe de finanzas belga, sería «prematuro hablar de una Próxima Generación 2.0. Primero asegurémonos de que el actual tenga éxito”. Sobre la mesa, entre otras cosas, también está la gran cuestión del calendario en la implementación de los Planes. La presidencia belga sabe que varios países pedirán una prórroga más allá de 2026. Sin embargo, es poco probable que la Comisión saliente aborde la cuestión