Anteriormente, el presidente de la UE, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ya habían dejado ir la burbuja, ahora el plan europeo para utilizar los activos congelados del banco central ruso para reconstruir Ucrania parece cada vez más concreto. La UE pondría el total de $ 300 mil millones en activos rusos en un fondo de recuperación, que Ucrania puede usar, por ejemplo, para reparar la infraestructura afectada en el país. Según Věra Jourová, vicepresidenta de la Comisión Europea, se trata nada menos que de una cuestión de justicia: “Quien destruya también debe pagar por ello”.
En preparación para una reunión de jefes de Estado europeos a finales de esta semana, la Comisión está examinando cómo se puede reconciliar este plan con el derecho internacional. Ese no es un ejercicio fácil. El derecho internacional permite confiscar dinero de particulares, por ejemplo, oligarcas rusos, si pueden vincularse a actividades delictivas. Esto también incluye eludir las sanciones. Aunque es muy cuestionable hasta dónde puede llegar la UE en este sentido. “Existe el riesgo de que también confisques el dinero de los oligarcas rusos que no son pro-Kremlin”, dice el profesor de política internacional David Criekemans (UAntwerp).
Se vuelve aún más difícil reclamar el dinero del estado ruso. “No se puede simplemente robar dinero que un país ha alojado en el extranjero y dárselo a otro país”, dice el profesor de derecho de la UE Peter Van Elsuwege (UGent). “Eso violaría los derechos de propiedad y la inmunidad de la propiedad estatal extranjera, principios fundamentales del derecho internacional”. Por lo tanto, parece más probable que la Comisión esté trabajando en un escenario en el que se invierte en Rusia y los ingresos se utilizan para la recuperación en Ucrania. “Ese plan vendría con la condición de que Rusia pudiera recuperar el dinero congelado después de la guerra”.
La pregunta es si el Kremlin lo ve así. Cuando el ministro de Finanzas alemán ya sugirió el plan en la primavera de 2022, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, lo calificó de “robo absoluto”. Según el profesor de política europea Hendrik Vos (UGent), el hecho de que el plan se convierta en una opción más concreta indica que el miedo a provocar a Rusia ha disminuido. “Ya hay guerra y Europa ya está enviando tanques a Ucrania. Por lo tanto, muchos estados miembros piensan que esta decisión también cambiará poco en la relación con Rusia, aunque todavía es cuestionable si realmente se llevará a cabo”.
El profesor David Criekmans teme que la UE amenace con socavar sus propios cimientos. “Si toca los fondos extranjeros de los estados, entonces la cerca está realmente abierta”. Según él, tal decisión no solo complica cualquier negociación de paz, sino que también socava las relaciones a largo plazo con Rusia. “Hay que seguir trabajando en un futuro diferente, posiblemente con un nuevo régimen ruso. Con esta medida se pretende que Rusia ya no sea relevante en el futuro. En ese sentido se puede comparar con las enormes reparaciones que se le exigieron a Alemania después de la Primera Guerra Mundial”.
También podría tener consecuencias para las relaciones con otros países, piensa Criekemans. “Países como Arabia Saudita o China ahora lo pensarán dos veces antes de invertir más en Europa. Esto sienta un precedente peligroso”.