La UE presenta un paquete para proteger la seguridad económica


Europa está tomando con mucho cuidado nuevas medidas para armarse mejor contra las amenazas económicas. El miércoles, la Comisión Europea presentó un nuevo paquete de medidas que deberían proteger mejor la economía europea, tradicionalmente muy abierta, contra los riesgos resultantes de las crecientes tensiones geopolíticas. Bruselas quiere, entre otras cosas, reforzar los controles sobre las inversiones extranjeras en empresas europeas y racionalizar mejor los controles de las exportaciones dentro de Europa.

Las medidas propuestas son, entre otras cosas, una respuesta al tira y afloja que rodea al fabricante holandés de máquinas de chips ASML, que ha tenido que lidiar con las restricciones a las exportaciones impuestas por Estados Unidos a China en los últimos años. Y aunque este último país apenas se menciona en los planes, claramente tienen como objetivo proteger mejor a la UE contra las amenazas económicas de ese país.

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La UE quiere proteger mejor la economía europea. Pero ¿hasta dónde están dispuestos a llegar los Estados miembros?

<strong>Ursula von der Leyen</strong> (izquierda) presentó la semana pasada una estrategia europea para la resiliencia económica.” class=”dmt-article-suggestion__image” src=”https://images.nrc.nl/NNRgebGukKBtr2-eQyipfCKwsVI=/160×96/smart/filters:no_upscale()/s3/static.nrc.nl/images/gn4/stripped/data102310596-1df0eb.jpg”/></p><p>“Se está librando una feroz batalla en todo el mundo por la tecnología que más necesitamos”, subrayó el miércoles en una conferencia de prensa la comisaria europea Margrethe Vestager (Competición).  “Y como Europa no podemos ser simplemente un patio de recreo: también debemos poder jugar nosotros mismos.  Y para ello debemos hacer que nuestras dependencias sean menos riesgosas”.</p><p>Al mismo tiempo, la Comisión actúa con extrema cautela, con planes que no son muy radicales y que, en cualquier caso, aún deben ser aprobados por los Estados miembros.  Tradicionalmente, tienen poco interés en que Bruselas interfiera con dónde exportan sus empresas y dónde invierten su dinero.  El hecho de que la Comisión proponga, no obstante, medidas modestas también demuestra que el entusiasmo por esto también ha crecido en la Europa “campeona del libre comercio”.</p><p>También en los Países Bajos, que hace unos años se oponía firmemente a la interferencia de la UE en la política de exportación, pero ahora también aboga por una mayor coordinación europea, resultado directo de los problemas del ASML.  Bruselas propone ahora también esta coordinación para la exportación de bienes que también puedan utilizarse con fines militares.  En principio, esto lo deciden ellos mismos los Estados miembros, por ejemplo en el caso de las máquinas avanzadas que exporta ASML.</p><h2 class=‘Compras’

También en el futuro la decisión final deberá tomarse a nivel nacional. Pero la Comisión sí quiere que los países de la UE discutan sus consideraciones nacionales a nivel europeo y también que logren una mayor coordinación europea sobre por qué o por qué no. Esto debería, entre otras cosas, evitar que las empresas “comparen precios” porque la política de exportación difiere según el Estado miembro, y pueden escapar de las restricciones enviando algo desde otro país de la UE dentro de la UE.

El comisario de Comercio, Valdis Dombrovskis, habló el miércoles del “riesgo de un mosaico [..]”, lo que no sólo conduce a una “fragmentación del mercado interior” sino que también expone a los países “a presiones geopolíticas”. Al mismo tiempo, el letón subrayó que el poder de decisión final sigue estando en manos de los Estados miembros. No todos los países de la UE todavía están igualmente interesados ​​en la interferencia europea en la política de exportación.

Esto es aún más cierto con la parte más delicada del paquete presentado el miércoles: comprobar cuánto dinero invierten las empresas europeas en otras partes del mundo. En marzo pasado, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, sugirió que debería presentar rápidamente una propuesta, por ejemplo para monitorear hasta qué punto las empresas europeas estaban trasladando procesos de producción cruciales a China. Pero la resistencia a esto es grande, no sólo en los Países Bajos, sino también en Alemania y Francia. Por el momento, queda el anuncio de que se volverán a investigar los posibles riesgos de esto.

Previniendo la burocracia

Vestager defendió el miércoles su actitud cautelosa. “Al hacer esto paso a paso, no nos estancaremos en una lucha de poder con los estados miembros, pero podemos investigar esto juntos”. La danesa también señaló que quería evitar demasiada burocracia para las empresas.

Más concretamente, la propuesta es controlar mejor las inversiones no europeas en empresas de la UE para evitar que sectores estratégicos caigan en manos extranjeras. Por ejemplo, un puerto europeo en el que China está ganando cada vez más interés, o una empresa de chips que es adquirida involuntariamente. Hace cinco años, la UE decidió monitorear tales inversiones, pero en los últimos años quedó claro que en la práctica esto no se hacía lo suficiente; de ​​hecho, ni siquiera un puñado de países lo hacían.

La Comisión ahora quiere garantizar que los países de la UE realmente controlen las inversiones y se concentren específicamente en sectores donde los riesgos son altos. Los países de la UE también deben examinar las inversiones sospechosas de otro Estado miembro, si existe la sospecha de que detrás de ellas hay un actor no europeo.

Por último, la Comisión también sugiere que las universidades sean más conscientes del posible robo de conocimientos estratégicos. Un nuevo centro europeo debería ayudar a las universidades y centros de investigación a investigar las vulnerabilidades. Los Países Bajos son un ejemplo: el Ministro saliente Robbert Dijkgraaf (Educación Superior) está preparando actualmente un proyecto de ley que permitirá a las universidades holandesas seleccionar al personal de investigación para garantizar la llamada “seguridad del conocimiento”.

En general, estos son todavía pequeños pasos, centrados más en la detección de riesgos que en su mitigación. Pero para la UE, que siempre ha tenido como punto de partida el libre comercio abierto, es un claro cambio de énfasis. La Unión Europea, subrayó Dombrovskis, sigue abierta a los negocios. “Pero mejorar nuestra seguridad económica nos permitirá mantener nuestro modelo económico abierto”.






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