La Unión Europea pisa el acelerador en el período previo al final del mandato y establece nuevos objetivos más estrictos para el medio ambiente. Basta mencionar los últimos en discusión para explicar el alcance del desafío: la prohibición de venta de todas las calderas de gas a partir del 1 de septiembre de 2029; detener a los automóviles con motores de combustión interna, propulsados por gasolina o diésel, en 2035; 25% de corte de partículas finas en 2030 respecto a la exposición media registrada diez años antes; salto de clase obligatorio para 2030 para edificios de clase energética G y D; Reducción del 15 % de los residuos de envases per cápita para 2040.
Los objetivos de la Comisión de la UE
Estos son solo algunos de los objetivos propuestos por la Comisión Europea en los últimos meses. Con lo que el Parlamento de la UE define como el “tren legislativo” al final del mandato, están en camino otros diez actos, en particular destinados al transporte aéreo y marítimo. “El lanzamiento de las medidas se acumula en esta fase final de la legislatura europea, después de dos años persiguiendo emergencias, desde el Covid hasta el aumento de los precios de la energía”, comenta Stefano Ciafani, presidente de Legambiente.
La hoja de ruta la marca el Green Deal adoptado en 2019 que contiene el marco general del camino destinado a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero ya en siete años. Con el plan “Fit for 55”, Bruselas pretende orientar a los países miembros y la economía europea hacia la sostenibilidad, un impulso que pasa inevitablemente por objetivos ambiciosos, transmitidos por directivas y reglamentos.
Las etapas fundamentales
La primera intervención fue la ley climática europea (reglamento 2021/1119) que establece el principio de neutralidad climática en 2050. El instrumento utilizado fue el reglamento, de aplicación directa en los Estados miembros, frenando así de entrada cualquier posibilidad de diluir el esperado obligaciones RePower Eu, un plan presentado en mayo de 2022 tras la guerra de Ucrania para revisar la dependencia del continente del gas ruso y contrarrestar la crisis climática, también está vinculado al marco “Fit for 55”.
Los objetivos están en constante evolución. Todos los sectores de la economía se verán afectados por la acción de la UE: desde el transporte hasta la energía, desde la construcción hasta los productos textiles. Algunos objetivos han sido revisados recientemente (desde un punto de vista más estricto) para adaptarse a los cambios en curso. Existen, sin embargo, las perplejidades de los operadores de los distintos sectores llamados causa sobre el impacto que estos estrategias de salida puede haber dentro de los países individuales y en las brechas excesivas que deben llenarse: muchos objetivos son difíciles de alcanzar. «En los últimos meses, sin embargo, el Gobierno ha estado cometiendo un error al impugnar cada una de las medidas europeas -comenta Ciafani- porque al hacerlo, cuando realmente tenemos que pedir correcciones sobre el fondo, en ese momento ya no escucharán a nosotros. Nos hemos convertido en los manifestantes en serie de Europa, mientras que podríamos ser uno de los países “motor” del cambio».