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La Comisión Europea ha aprobado un primer pago de unos 900 millones de euros en fondos congelados a Hungría a pesar de la retórica cada vez más dura de Budapest contra Bruselas.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que durante mucho tiempo ha estado en desacuerdo con la Comisión por miles de millones de euros destinados a su país, ha amenazado en los últimos días con bloquear más ayuda de la UE a Ucrania hasta que se pague el dinero de su país.
En una medida similar esta semana, Bruselas aprobó un pago anticipado de 5.100 millones de euros a Polonia, un primer tramo del dinero congelado por preocupaciones sobre el estado de derecho en el país, mientras Donald Tusk se prepara para regresar a su cargo como primer ministro.
Unos 10.000 millones de euros del programa de recuperación Covid-19 de Hungría, junto con unos 22.000 millones de euros en fondos estructurales regulares de la UE, han sido congelados desde diciembre del año pasado por preocupaciones de que Budapest no estaba cumpliendo con las salvaguardias de derechos humanos y socavando la independencia judicial.
El jueves, la comisión aprobó el prepago de 900 millones de euros, que no está vinculado a reformas. La mayor parte de los fondos restantes de Budapest está ligada a 27 de los llamados súper hitos que garantizarían que se cumplan las preocupaciones sobre el Estado de derecho y la corrupción en la UE.
Los anticipos de Hungría y Polonia se producen mientras los países de la UE se están preparando para negociaciones difíciles para completar el presupuesto de la UE, incluido un programa de apoyo financiero de 50.000 millones de euros para Kiev durante los próximos cuatro años para ayudar a cubrir sus costos mientras se defiende contra la agresión rusa.
Orbán ha amenazado con bloquear el complemento presupuestario, así como los envíos de armas de la UE a Ucrania y las conversaciones de membresía con Kiev, a menos que a Hungría se le pague lo que él dice que le corresponde.
El líder húngaro también ha reforzado sus políticas antiliberales con una “consulta pública” anti-UE y con un proyecto de ley que, según los críticos, refleja las restricciones de Rusia sobre la financiación extranjera disponible para ONG o grupos políticamente activos.
Orbán ha retrasado repetidamente las sanciones contra Rusia por su guerra en Ucrania, diciendo que la UE se estaba disparando en el pie y abogando por un rápido alto el fuego que consolidaría las ganancias territoriales de Moscú.
Sus acciones no lograron revertir las políticas occidentales y aislaron cada vez más al líder húngaro, quien alarmó a sus aliados con propuestas de acercamiento a Rusia y China, incluida una reunión personal con Vladimir Putin en Beijing el mes pasado.
Orbán ha exigido a la UE que descongela todos los fondos que ha retenido, incluidos los fondos de recuperación de la Covid-19, los fondos estructurales y los fondos adicionales de la reforma energética.
La comisión dijo que la decisión de liberar el tramo no era política. “Estamos siguiendo las reglas establecidas en el reglamento”, dijo la comisión.
La opinión actual en Bruselas es que Hungría ha logrado avances tentativos en ciertas áreas relacionadas con la independencia judicial cuando adoptó una serie de reformas en junio. En cuanto a los demás fondos, la comisión dijo que todavía estaba esperando aclaraciones sobre las reformas necesarias.
Tibor Navracsics, ministro húngaro responsable de las conversaciones, dijo que la liberación de los 900 millones de euros fue el resultado de un gran avance. “Las conversaciones han dado un resultado: el primer lote de fondos de la Unión Europea está en camino”, publicó en Facebook.
El pago anticipado aún debe ser aprobado por los demás estados miembros de la UE, que podrían hacerlo en la próxima reunión de ministros de Finanzas en diciembre.