La Fundación Phusis permanecerá por el momento bajo estricta supervisión en su sede de Bosweg en Hoogersmilde. Así se desprende de un informe de la Inspección de Salud y Juventud (IGJ). La institución muestra claramente una mejora, pero la inspección sigue considerando que el resultado es insuficiente.
En Bosweg viven nueve clientes que ya no pueden recibir atención en ningún otro lugar. Viven en la granja de cuidados y, en parte, en casas contenedor. Además, se ofrecen actividades diurnas en el lugar. Hay un huerto, un cobertizo donde se pueden arreglar los coches y las bicicletas y donde se corta y vende la leña.
En octubre de 2023, la inspección concluyó que el lugar no cumplía diez de los once estándares analizados. La fundación se quedó corta, sobre todo en los ámbitos de seguridad, medicación e higiene. Por ejemplo, había comparativamente muy poco personal experto. La inspección vio a proveedores de atención médica sin capacitación en medicación suministrando medicamentos y a proveedores de atención médica sin capacitación en respuesta a emergencias estando solos en el lugar.
Los clientes mayores también podían caer fácilmente en el lugar y las instalaciones sanitarias y la cocina no estaban adecuadamente limpias. Como resultado, el lugar quedó bajo mayor vigilancia.
En mayo, la inspección volvió a visitar Hoogersmilde. Esta vez la institución obtuvo mejor puntuación. En particular, el personal trabaja mejor en conjunto, el contacto con los clientes es bueno y se han renovado las zonas de guardería.
Pero la necesidad de mejorar persiste. “La inspección vuelve a constatar situaciones en las que la higiene, la seguridad y el mantenimiento de las viviendas son insuficientes”.
Aunque se ha contratado a un coordinador de atención adicional y se han inscrito muchos estudiantes, todavía hay dos vacantes para proveedores de atención certificados. Por ello, la inspección considera que el equilibrio entre estudiantes y personal capacitado no es bueno.
El director de Phusis, Bart de Bruin, se reconoce en el informe. Según él, a veces sigue siendo difícil cumplir con los requisitos de la IGJ para la atención no convencional necesaria para el grupo objetivo. “No se quiere que los empleados trabajen en zonas donde se permite fumar. Pero esto afecta a las casas de los clientes. Entonces habría que prohibirles fumar en sus propias casas, por lo que constantemente nos enfrentamos a dilemas”.
Pero el mayor problema, según De Bruin, es el mercado laboral. “Todo el sector profesional está ansioso por contar con supervisores certificados. A veces es una verdadera negociación.” La fundación ahora tiene la afluencia. “Pero la pregunta siempre es cuál de los estudiantes se quedará una vez que obtenga su diploma. Esto está sucediendo ahora, pero será aún peor en el futuro”.
Según De Bruin, el equipo funciona cada vez mejor. “Los cambios en las personas se han adaptado. La medicación ya está en orden, todos los empleados han sido formados. Sin embargo, el equipo aún no es lo suficientemente fuerte. A menudo se necesitan unos 2 o 3 años antes de que todos se adapten entre sí”.
La Fundación Phusis tiene varias sedes en Drente y Frisia. Incluyendo en Smilde, Appelscha, Rolde, Assen y Fochteloo. También se pide a Phusis que tome medidas para estos otros lugares cuando sea necesario. Después del verano se espera un nuevo informe sobre la sede de Hoogersmilde.