La tormenta tropical Freddy ha matado hasta ahora al menos a 136 personas en Mozambique y Malawi. Los servicios locales de socorro en casos de desastre han anunciado esto, informó la agencia de noticias Reuters el lunes. El fin de semana pasado fue la segunda vez que la tormenta, que lleva más de un mes rugiendo, tocó tierra en los dos países del sudeste africano. Se teme que el número de víctimas mortales aumente considerablemente.
El desastre natural también provocó una gran cantidad de daños materiales. Se arrancaron varios techos de casas y se produjeron inundaciones y deslizamientos de tierra en varios lugares. Se teme que todavía haya personas desaparecidas bajo los escombros de casas derrumbadas, algunas de las cuales estaban hechas de barro en Malawi. La mayoría de las muertes hasta el momento se han producido en Malawi, con unas 99 personas.
Al menos más de 200 personas también resultaron heridas, aunque aún no se dispone de estimaciones más precisas. La electricidad y la cobertura telefónica se han perdido en muchos lugares de Mozambique. Esto último hace que sea aún más difícil trazar un mapa de las consecuencias exactas de la tormenta. El país recibió la misma cantidad de precipitación en cuatro semanas que normalmente cae en un año.
‘No las capacidades para hacer frente a los daños’
El jefe de comunicaciones y cooperación de UNICEF en Mozambique, Guy Taylor, dijo a Reuters que los servicios de emergencia sobre el terreno no tienen la capacidad para hacer frente a las consecuencias de un desastre natural a partir de esta interacción. Además, advirtió sobre las malas cosechas y las enfermedades que se propagan a través de las aguas crecientes. Malawi está luchando actualmente contra el peor brote de cólera de su historia y teme que los daños causados por las tormentas puedan empeorarlo.
Freddy es una de las tormentas tropicales de mayor duración jamás registrada con 37 días, según la Organización Meteorológica Mundial. También es una de las tormentas más fuertes jamás registradas en el hemisferio sur. Los científicos del clima dicen que el cambio climático podría hacer que las tormentas tropicales sean más poderosas en el futuro.