De BZ/dpa
El alemán Rico K. (30), condenado a muerte en Bielorrusia, pidió clemencia al gobernante Alexander Lukashenko en un vídeo difundido por la televisión estatal.
El gobierno alemán no está haciendo nada para salvarlo, afirmó. Según las autoridades de Minsk, fue declarado culpable, entre otras cosas, de terrorismo por parte del servicio secreto ucraniano.
“Me declaro culpable, definitivamente”, dijo. En algunos casos, las declaraciones en alemán se podían escuchar claramente entre las traducciones al ruso.
“El gobierno debería luchar por mí”
Sólo su propia familia sigue luchando por su vida y nadie del lado oficial lo defiende, continuó. “Todavía estoy vivo, todavía hay tiempo para negociar, todavía no es demasiado tarde”, alegó. “El gobierno debería luchar por mí”.
En el vídeo, aparentemente difundido por las autoridades bielorrusas, el condenado pide entre lágrimas poder volver a ver a su hija, a su novia y a su padre.
En repetidas ocasiones enfatizó que había cometido el mayor error de su vida. “Me arrepiento de cada segundo”, dijo. “Solo puedo considerarme afortunado de que nadie haya resultado muerto ni herido. ¡Gracias a Dios!”
Su última esperanza es el perdón del gobernante Lukashenko, considerado el último dictador de Europa y al que ya se le han ejecutado sentencias de muerte contra extranjeros. “Sólo puedo esperar que el presidente de este país, el señor Lukashenko, me perdone”, dijo.
¿Está Minsk interesada en un intercambio de prisioneros?
Rico K. fue condenado a muerte en junio. Sin embargo, las organizaciones de derechos civiles no dieron a conocer el veredicto hasta un mes después. La sentencia de culpabilidad también se dictó por actividades mercenarias, entre otras cosas.
El Ministerio de Asuntos Exteriores en Minsk anunció que había hecho sugerencias a Berlín sobre cómo resolver la situación. No hubo detalles sobre esto.
Se especuló que Bielorrusia, aliada de Rusia, podría estar interesada en un intercambio de prisioneros. El jefe del Kremlin, Vladimir Putin, está interesado en traer de regreso a un ruso que fue condenado en Alemania por un asesinato en el Kleiner Tiergarten de Berlín en nombre de las autoridades rusas.
La autoritaria Bielorrusia es el último país de Europa que aplica la pena de muerte, concretamente con un disparo en el cuello. El Ministerio de Asuntos Exteriores en Berlín declaró que el caso era conocido. El hombre está recibiendo atención consular. La pena de muerte es una forma de castigo cruel e inhumana que Alemania rechaza en todas las circunstancias, afirmó. Sin embargo, la oficina no hizo comentarios sobre la oferta de negociación hecha por Minsk.
Varias organizaciones de derechos humanos habían pedido a las autoridades de Bielorrusia que detuvieran la ejecución. La pena de muerte es particularmente alarmante porque existen numerosas y sistemáticas violaciones del derecho al debido proceso y a un juicio justo en los tribunales bielorrusos, afirmó la organización Libereco a principios de esta semana.