comentario
El tribunal regional de Dortmund ha decidido: la comisión de control del balonmano debe suspender su trabajo. El tribunal falló así a favor del entrenador de balonmano André Fuhr. No se le concedieron los requisitos básicos para un procedimiento constitucional.
El veredicto había sido anunciado. Un año y medio de trabajo en vano. En vano también fue el esfuerzo de las alrededor de 50 personas que expresaron a la comisión su punto de vista. Aplicarán el juicio a sí mismos. Pensaré, otra vez no me creerán. Dudarán y se desesperarán de un sistema que no ven de su lado.
Interfirió con los derechos de Fuhr
Su organización deportiva, la Federación Alemana de Balonmano, ha abierto nuevos caminos. Quería que una comisión independiente investigara las acusaciones de los jugadores contra su ex entrenador. Ha contratado expertos probados para esta tarea. Con profundo conocimiento de la violencia física, psicológica y sexual en el deporte.
El tribunal consideró que el entrenador de balonmano André Fuhr ya había sido prejuzgado sólo por esta experiencia. La comisión investigó su crimen y culpabilidad y, por lo tanto, interfirió con sus derechos. La presunción de inocencia no se aplicaba a André Fuhr. No tuvo oportunidad de saber de qué se le acusaba específicamente ni de comentar al respecto. Esta no es una base para un procedimiento constitucional.
El propio Fuhr sólo comentó públicamente las acusaciones en “Sport Bild” y dijo, entre otras cosas, que muchas de las acusaciones sólo las conocía a través de los medios de comunicación. En algunos casos no tiene ningún recuerdo o este es diferente. No quiso hacer comentarios públicos en respuesta a una solicitud reciente de ARD antes de que se anunciara el veredicto.
¿Se acabó la reevaluación en el deporte? No.
¿Significa entonces el veredicto: Todo está mal, se acabó la reevaluación en el deporte? No. El veredicto fue una decisión caso por caso. Abordar las acusaciones de violencia física, psicológica y sexual en el deporte es inmensamente importante, correcto y necesario. Los clubes y asociaciones tienen la responsabilidad y el deber de proteger a las personas que practican deporte bajo su techo.
Así lo dejó claro al DHB la presión pública que surgió tras la publicación de las acusaciones contra su ex entrenador sub-20. Por eso el DHB encargó la comisión de revisión.
La asociación aceptó que, si la comisión hubiera presentado un informe final, el resultado de la revisión podría haber sido desagradable para la asociación. Que habría salido a la luz que las estructuras para proteger a sus deportistas son inadecuadas. Que la gente del DHB pudo haber ocultado hechos, encubierto y presionado a la gente.
Debe haber especificaciones precisas.
La sentencia demuestra que deben existir directrices precisas. Es mejor contar con un conjunto de reglas que sean jurídicamente ciertas: qué puede, qué puede y debe procesarse y qué no. Todo esto lo tuvieron que resolver las actuales cuatro comisiones de natación, gimnasia en Weimar, tenis y balonmano.
Es bueno que el deporte haya comenzado a abordar las acusaciones de violencia física, psicológica y sexual. La tarea ahora es desarrollar reglas sobre cómo funciona el procesamiento de manera legalmente segura, para que las comisiones puedan orientarse en consecuencia. Para que los derechos de todos estén protegidos y, sobre todo, para que los afectados no queden decepcionados.