La semana de Drenthe: las vacas se quedan adentro y repostan en Alemania

Una protesta en el establo, escasez de personal y un nuevo capítulo en la discusión sobre el arqueólogo aficionado Tjerk Vermaning. Eso y más formaron las noticias de Drenthe la semana pasada.

Muchos prados en Drenthe permanecieron vacíos el lunes. Los granjeros mantuvieron sus vacas en los establos como protesta. Los granjeros temen que en el futuro necesiten un permiso para pastar sus vacas y protestaron contra esto con la campaña ’30 de mayo vaca del prado’.

Cualquier propietario de automóvil que recientemente haya tenido que pagar por el combustible en la bomba lo sabe: los precios del combustible se están disparando. En Alemania bajaron la semana pasada, y eso causó multitudes en la bomba al otro lado de la frontera.

Los turistas del tanque pudieron conectarse en los atascos de tráfico locales. “Esto no es normal, estas aglomeraciones. Incluso tuvimos que involucrar a la policía, porque no podemos manejar esto nosotros mismos”, dice un empleado de la estación de servicio. Los encargados de la bomba de Drenthe lo miran con tristeza.

El cuarenta por ciento de los empresarios de Drenthe se enfrentan a la escasez de personal. Significa cerrar el negocio, un futuro incierto y encontrar soluciones creativas.

«Hemos tenido muy poco personal durante meses. Esperaba que funcionara sin problemas después de la corona, pero no es así», dice el empresario de catering Arjan Vosseberg.

Un automovilista de 34 años murió en un grave accidente el jueves en Eelde. Con su autobús chocó con un automóvil que se aproximaba en el Burgemeester JG Legroweg. El conductor del otro vehículo sufrió heridas en las piernas.

‘El mayor fraude arqueológico de la historia’, según los autores del libro Valsheid in gesteente, en el que estuvo implicado el arqueólogo aficionado Tjerk Vermaning. El cerebro detrás de las falsificaciones de Vermaning es Ad Wouters, un ex sacerdote de Brabante.

«Vermaning también ha hecho buenos hallazgos, pero hay muy pocos. Los artefactos más llamativos, alrededor de 1500 que hemos examinado, están falsificados», dice el autor y arqueólogo Frans de Vries.



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