No profesionales de la salud, sino cuidadores informales. En muchas residencias de ancianos, a los familiares de los residentes ya se les asigna un papel cada vez más importante. También en la casa Jannes van der Sleedenhuis en Hoogeveen, donde hoy se han tomado medidas contra los recortes en el cuidado de personas mayores.
Sin duda es una mañana agradable, tanto para Ymie Schergardus como para su hija Elizabeth. Este último viene hoy a ayudar en la residencia de ancianos de Hoogeveen, ahora que la mayoría del personal está actuando en La Haya. Bonito, pero no la intención. “No debería convertirse en un hábito”, dice Ymie. Ciertamente no quiere que su hija, además de su trabajo y su vida familiar, se vea obligada a trabajar horas en la casa Jannes van der Sleedenhuis.
Ya se recurre a cuidadores informales para determinadas actividades, afirma Blokzijl. Pero cuando se trata de atención, los profesionales son muy deseados. “Y algunos cuidadores informales también están sobrecargados. No es evidente que vengan aquí, pero a veces es necesario”.