doCon una población que envejece y un número cada vez menor de jóvenes, la tasa de natalidad que afecta a Italia es un fenómeno que sigue causando gran preocupación. Según datos del ISTAT, en 2024 los nacimientos disminuyeron en 4.600 unidades respecto al mismo periodo de 2023alcanzando un nuevo récord negativo. Y desde 2008 hasta hoy, el descenso ha sido de casi 200.000 unidades, con una reducción global del 34%. Cifras que muestran un descenso demográfico sin precedentescon importantes consecuencias para la economía, la sociedad y el sistema de bienestar del país.
Disminución de la natalidad no sólo por la crisis económica
Este dramático fenómeno no se produce sin razón, sino que está alimentado por una serie de factores complejos entre los que podemos incluir la crisis económica, principalmente, pero no menos la falta de apoyo a las familias. Por tanto, en una época de cunas vacías, el evento organizado por Adnkronos se ha celebrado hoy en el Palacio de la Información de Roma “.Ser padres hoy, entre la ciencia y el bienestar“, que puso de relieve esta emergencia nacional y de la que surgió un panorama nada tranquilizador.
El problema de la infertilidad
De hecho, aunque los nacimientos siguen disminuyendo, Los problemas de fertilidad siguen aumentandocreando un círculo vicioso que se refuerza a sí mismo. La edad media al nacer alcanzó los 32,4 años, lo que supone un aumento de más de dos años respecto a 1995. Una cifra que no es sólo una cifra estadística, sino representa un cambio profundo en la sociedad italiana.
Poca atención a la infertilidad
La investigación”El fenómeno de la infertilidad: percepciones y experiencias de los italianos.“, realizado por el Instituto Piepoli, ha revelado una realidad tan clara como alarmante: Los italianos reconocen la infertilidad como un problema concreto que afecta a ambos sexosSin embargo, persisten en ignorar o subestimar las soluciones disponibles. Es una paradoja, pero que refleja un malestar cultural y social más amplio.
La narrativa sobre la paternidad ha cambiado
María Rosaria Campitiello, del Ministerio de Salud, puso énfasis en causas que a menudo se pasan por altodesde el tabaquismo hasta las infecciones de transmisión sexual, desde la obesidad hasta el sedentarismo. El profesor Nicola Colacurci, sin embargo, lo quería evidenciarEn cambio, cómo ha cambiado la narrativa sobre la paternidad. «En las generaciones mayores – observó – el joven crecía sabiendo que se convertiría en padre. Hoy, sin embargo, la educación privilegia la individualidad, Colocar la realización personal en aparente contraste con la elección de ser padres.».
Una revolución con consecuencias
Este cambio cultural no está exento de consecuencias, pero tiene profundas repercusiones en la salud reproductiva. Los jóvenes, sin pensar desde la “perspectiva paterna”, tienden a descuidar comportamientos que podrían comprometer su fertilidad futura. Es un círculo vicioso en el que la falta de conciencia se traduce en elecciones que podrían impedir, años más tarde, la posibilidad de realizar el deseo de ser padres.
Los altos costos de solucionar la infertilidad
El panorama se complica aún más, como subraya Stefania Tosca de “Strada per un Sogno ayuda”, cuando las parejas, no sólo tienen que hacer frente a dificultades económicas generalesYo, lo que ciertamente no ayuda a pensar en ellos mismos como padres, pero también se encuentran. tener que afrontar los altos costes de la reproducción asistida.
Los problemas son conocidos, las soluciones menos
Como está claro, los problemas se conocen en última instancia, pero con demasiada frecuencia faltan las soluciones. Los expertos coinciden en que, sin embargo, no pueden buscarse en medidas puntuales o intervenciones aisladas. En este escenario, necesitamos una estrategia integrada que funcione con una educación más cuidadosa sobre la paternidad y la salud reproductiva. De hecho, sólo un enfoque sistémico puede invertir esta tendencia que corre el riesgo de comprometer el presentepero sobre todo el futuro demográfico del país.
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