Con una megaoperación, un equipo de la policía holandesa, con la ayuda del FBI, asestó un duro golpe a una red internacional de miles de ladrones. Se trata de delincuentes que se cobraron millones de víctimas robando contraseñas, datos personales e información de tarjetas de crédito. Los detectives lograron ingeniosamente penetrar a los piratas informáticos, cerraron todo y, como dulce venganza, les presentaron un vídeo brillante.
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