Lützerath tiene que dar paso a una gigantesca mina de lignito, pero los activistas ocuparon el pueblo durante más de dos años para evitarlo. El fin de semana pasado esa ocupación llegó a su fin y los últimos manifestantes fueron evacuados por la policía.
El sábado también hubo una protesta cerca del pueblo con miles de participantes. La activista climática sueca Greta Thunberg también viajó a Lützerath para unirse a la marcha.
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La policía habla de una treintena de delitos antes del desalojo, unos cuatrocientos durante y unos cincuenta durante la gran manifestación. También se investiga la actuación de cinco policías.
Un total de catorce personas, incluidos cinco policías, tuvieron que ser trasladadas al hospital. Varios activistas denuncian lesiones graves, pero la policía lo niega.