La actualización de Google Maps que introdujo un nuevo esquema de colores “feo” se ha extendido a aún más aplicaciones.
El año pasado, Google presentó un esquema de colores renovado para su popular aplicación de navegación.
Pero como ocurre con todas las actualizaciones, no todas son ganadoras.
Google ha cambiado las carreteras de blancas a grises.
El agua ahora ha adquirido un tono de azul más pálido, mientras que las áreas boscosas utilizan un tono de verde mucho más oscuro que antes.
El indicador de ruta también ha sido retocado a un azul mucho más brillante.
En ese momento, las redes sociales se llenaron de quejas sobre la actualización.
Una persona bromeó diciendo que el cambio le había “hecho sangrar los ojos”.
La ex diseñadora de Google Maps, Elizabeth Laraki, incluso llegó a decir que hace que la aplicación se sienta “más fría, menos precisa y menos humana”, en un correo en X (antes Twitter).
“Es cierto que creo que las carreteras principales, el tráfico y los senderos resaltan más ahora”, añadió.
“Pero los colores del agua y los parques/espacios abiertos se mezclan.
“Y para mí la paleta se siente más fría y más generada por computadora”.
Ahora esos cambios llegarán a los mapas, impulsados por Google Maps Platform, que aparecen en aplicaciones de terceros, según informó primero AndroidAuthority.
Casi siempre habrá una reacción negativa ante la presentación de un diseño nuevo y brillante.
Según una guía para desarrolladores actualizada recientemente, Google dijo que un nuevo estilo de mapas, incluida una nueva paleta de colores, “llegará pronto” a la plataforma Google Maps.
La compañía agregó que todos los estilos de mapas se “actualizarán automáticamente en marzo de 2025”.
A pesar de las quejas iniciales, parece que el nuevo esquema de colores de Google Maps se mantendrá.
Es una cuestión de la psicología humana, no de una aplicación.
Por Millie Turner, reportera de ciencia y tecnología
Cada pocos años, las aplicaciones se someten a un lavado de cara que suele incluir cambios en los tonos de color, las fuentes y los diseños.
Entonces un ejecutivo sale con una declaración sobre cómo ‘contemporáneo’ El cambio es, y como fue ‘Diseñado pensando en los usuarios’.
Pero las aplicaciones, y quienes están detrás de ellas, necesitan darse cuenta de un hecho simple: a la gente no le gustan los cambios.
Y casi siempre habrá una reacción negativa ante la presentación de un diseño nuevo y brillante.
Todos sabemos cómo se siente abrir una aplicación que usamos todos los días y sentirnos abrumados por la frustración y el asco mientras nuestra memoria muscular nos hace tropezar con un nuevo diseño.
Ya sea una nueva actualización “fea” de WhatsApp, un rediseño de Facebook que simplemente parece “asqueroso” o un cambio de Twitter (ahora X) que literalmente da dolores de cabeza a sus usuarios, a la gente le gusta lo que conoce.
La psicología humana juega un papel importante en esto.
Obviamente, no es razonable esperar que las aplicaciones se conviertan en reliquias de su pasado.
Entonces ¿cuál es el remedio?
Es hora de que los consumidores se den un pequeño respiro antes de adaptarse a la nueva normalidad.