Dancing Holiday es una espina clavada para el alcalde de Zonnebeke, que ya ha obligado a cerrar el negocio cinco veces. Una inspección realizada en noviembre del año pasado mostró que el baile estaba abierto, pero el operador nuevamente no tenía los permisos necesarios.
El hombre no estuvo en el juicio y se dice que ya abrió otra discoteca al otro lado de la frontera lingüística en Valonia.